Robert de Niro se subió al proyecto 'Día cero' no porque quisiera redimir su alma, corrupta por el historial de tipos abyectos o mafiosos de su filmografía, sino porque echaba de menos Nueva York. Quería volver a casa. Luego, claro, vio el potencial de la miniserie, una disección del poder que asusta por sus ecos con la realidad y su inevitable trascendencia. En el último gran thriller de Netflix, que ha estrenado este jueves sus seis episodios, el actor se decanta por el lado bueno de la historia e interpreta al héroe, al expresidente imparcial, al hombre justo al que rescatan de su retiro para liderar una comisión por encima del bien y del mal, encargada de averiguar la verdad,...
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