Los jóvenes entre 20 y 30 años son más sensibles a la nicotina, y más susceptibles a su adicción
Los efectos de las drogas en el organismo cambian a lo largo de la vida de una persona, como también lo hace su nivel de propensión a convertirse en adicta. Este hecho, que debería ser clave a la hora de diseñar estrategias de deshabituación, es más conocido y aplicado en el caso de drogas como la cocaína o el cannabis, pero no tanto en el caso de la nicotina. La nicotina es una sustancia química de manera natural en la hoja del tabaco. Aunque no es la principal causa de las enfermedades relacionadas con fumar, sí es la que crea adicción.
Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania (EEUU) ha llevado a cabo un estudio con ratones que revela que las personas de entre 20 y 30 años pueden ser más sensibles a la nicotina y más susceptibles a su adicción que los adultos de mediana edad. "Sabemos que los adultos jóvenes son más propensos a fumar o vapear por la sensación hedónica, a diferencia de los consumidores de nicotina de más edad, que son más propensos a consumir porque son adictos o para controlar el estrés", señaló el estudiante de doctorado Carlos Novoa Novoa, primer autor del estudio, según recoge EP.
Por ello, los científicos buscaron los efectos fisiológicos de esta droga en grupos de ratones jóvenes, en comparación con los más mayores. Así, descubrieron que la nicotina disminuye la temperatura corporal de los ratones jóvenes-adultos más rápidamente y reduce su movimiento de forma más significativa que en los ratones de mediana edad.
"Las manifestaciones fisiológicas de los efectos farmacológicos de la nicotina -disminución del movimiento y de la temperatura corporal- demuestran la activación del sistema colinérgico, uno de los sistemas de neurotransmisión dominantes en el cerebro y el organismo", señaló Thomas Gould, catedrático de Salud Bioconductual y director de la investigación. "Cuanto más joven eres, más aguda es tu respuesta a la nicotina. Esto tiene implicaciones tanto para los mensajes de prevención como para apoyar a los jóvenes consumidores de nicotina que quieren dejar de fumar", añadió.
Según los investigadores, este estudio, publicado en Behavioural Pharmacology, y otros similares, son necesarios para diseñar intervenciones que permitan dejar de fumar con más éxito. En la actualidad, menos del 10% de los intentos de dejar de fumar tienen éxito, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
En España, más de la mitad de los fumadores que han intentado dejar este hábito no lo han conseguido, a pesar de hacer múltiples intentos, según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
"Tenemos que entender cómo afecta la nicotina a las personas en función de sus características individuales para poder prevenir mejor el tabaquismo y ayudar a la gente a dejarlo", concluye Novoa.