Sting en Lima: cinco décadas de música
En 1983, la banda inglesa The Police, que acababa de lanzar el disco Synchronicity, congregó a más público que The Beatles. “Queremos agradecer a los Beatles por prestarnos su estadio”, dijo Sting en el Shea Stadium, según el archivo de The New York Times. La banda que pasó por el new wave, reggae y post-punk tuvo un público de 70.000 personas, pero sería el último gran concierto antes de su separación.
No había pasado ni una década del despegue de la carrera de Gordon Matthew Sumner, Sting. Estaba casado con la actriz Frances Tomelty, enseñaba música y fútbol en una escuela católica de Inglaterra. Por las noches, tocaba en un grupo de jazz y formó la banda Last Exit. “Dejé mi hogar en Newcastle con mi esposa y con mi bebé. Sin dinero ni proyectos, sin contactos ni números telefónicos. En realidad, solo tenía el número de Copeland”.
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En Londres, con el baterista Stewart Copeland junto con el guitarrista Andy Summers, lanzaron el primer disco de The Police en 1978, Outlandos d’Amour. Con los éxitos ‘Roxanne’ (puesto 20 de su discografía en el listado de Billboard) y ‘So Lonely’, llegaron a los primeros puestos del Reino Unido.
“Estoy muy interesado en encontrarme a mí mismo de nuevo”, decía el cantante y bajista a la prensa en 1982. “Solía ser el mismo tipo de persona en el escenario que en la vida privada, pero ahora soy una especie de monstruo. Se ve maravilloso con las luces y el público, pero en la cocina es ‘un poco demasiado’. Solo estoy tratando de descubrir quién es el verdadero yo: ¿es este monstruo o alguien más normal? En este momento, está un poco desgastado”, cita sus declaraciones Rolling Stone.
Por esos años, Sting lanzó su autobiografía Broken music, un libro con el que hace un repaso por sus orígenes humildes en Newcastle y define el rock como una vía de escape. “Mi padre se ganaba la vida como lechero, mi madre era peluquera. Ésas son ocupaciones respetables, pero no lograron construir una verdadera vida familiar”. Al fallecer sus padres le confesó al productor y periodista español Julián Ruiz que estaba deprimido. “Tengo una hermosa familia, tengo éxito, soy millonario... pero acabo de cumplir cuarenta años, se han muerto mi padre y mi madre y me siento un desgraciado”.
¿Volvería a escribir sobre su vida? El músico le dijo a Rolling Stone que ahora no le resultaría tan interesante hablar del éxito. “Cuando leí la autobiografía de Bob Dylan, sus primeros años fueron fascinantes, y tan pronto como tuvo éxito, comenzó a interesarme menos. Lo mismo con mi amigo Bruce Springsteen. Me encantó leer sobre sus primeros años de vida, noté muchas similitudes con mi propia vida, y eso fue muy interesante”. Además, cree que ya no volvería a reunir a The Police. “Los demás miembros de la banda se sorprendieron, el mundo se sorprendió, y fue una gira muy, muy exitosa. Así que sí me atribuyo el mérito por haber escogido bien el momento”.
‘Every breath you take’
A la ruptura de su matrimonio siguió la disolución de The Police. Su mayor éxito, ‘Every breath you take’ del disco Synchronicity, es un tema recurrente en las bodas, pero que no es precisamente una canción romántica; reflejaba un momento de “luz y oscuridad” en su vida. Es acerca de “celos y vigilancia”.
En Broken Music, Sting señala: “Ninguno de nosotros puede enorgullecerse de lo que pasó, pero pasó. Nos enamoramos, vivimos juntos, nos casamos y tuvimos hijos. Esa es la historia de nuestra vida”, escribió el músico sobre su relación con la productora de cine Trudie Styler. “Frances dio a luz a nuestra hija Kate y muy pronto nos divorciamos. Fue una temporada en el infierno para todos”.
‘Every breath you take’ fue puesto 1 durante ocho semanas en 1983 (el puesto 2 de su carrera es para ‘All for Love’ que grabó junto con Bryan Adams y Rod Stewart). En 2019, en los BMI Pop Awards, reportaban que la canción había sido reproducida 15 millones de veces. Era la más popular de BMI. Y, a pesar de haber ingresado a YouTube en 2010, 12 años después rompió la barrera de los mil millones de reproducciones.
Hace tres años, Sting vendió su catálogo de canciones por alrededor de 300 millones de dólares, estimó The New York Times, en un acuerdo con Universal Music Group. La venta de sus composiciones incluye lo hecho con The Police y como solista. “Es esencial para mí que el trabajo de mi carrera tenga un hogar donde sea valorado y respetado”, declaró en un comunicado. “No solo para conectarme con los fanáticos de toda la vida de nuevas maneras, sino también para presentar mis canciones a nuevas audiencias, músicos y generaciones”.
Sin embargo, le aterran las redes sociales. “No creo que las redes sociales y el sistema político tengan una relación positiva; la gente tiende a perderse en su propia narrativa y solo escucha lo que confirma sus creencias, eso es muy peligroso. Y no estoy seguro de cómo ir en contra de eso”, comentaba a Rolling Stone.
Sting se divide entre la música y su trabajo como activista. Desde 1989, él y su esposa, Trudie Styler, presiden la fundación Rainforest, una organización creada para proteger las selvas tropicales y las comunidades indígenas. “No estábamos tratando de salvar el planeta entero. La fundación se creó para proteger los derechos humanos de las personas y, como consecuencia de ello, proteger sus tierras ancestrales”, dijeron en una entrevista en 2016.
Este año, continúa con su gira ‘Sting 3.0’, aunque tuvo que cancelar conciertos en Estados Unidos por complicaciones con su salud. A fines de enero, regresó a los escenarios en el concierto benéfico FireAid para apoyar a las víctimas de los incendios en Los Ángeles. Abrió con el éxito de The Police, ‘Message in a Bottle’. Dueño de una finca en la Toscana italiana, de una marca de vinos y de una fortuna por la música, adelantó que no heredará dinero a sus seis hijos. “No quiero dejarles fondos fiduciarios que son un lastre alrededor de sus cuellos. Tienen que trabajar. Todos mis hijos lo saben, y rara vez me piden algo, lo cual respeto y aprecio