Alfredo Volio: ‘El país tiene un rezago de $100 mil millones en infraestructura’
Para el año 2025, el gobierno de la República presupuestó la inversión más baja en obras públicas de los últimos 19 años. El Ministerio de Hacienda previó un gasto de ¢621.000 millones, ¢35.000 millones menos en comparación con el 2024, según publicó La Nación en setiembre.
Este plan de inversión representa aproximadamente un 1,18% del producto interno bruto (PIB) previsto para el presente año; para encontrar un periodo con cifras tan bajas, es necesario remontarse al 2006, cuando se situó en un 0,9% de la producción.
Ante este escenario, el presidente de la Cámara Costarricense de la Construcción, Alfredo Volio, explicó a Revista Dominical la urgencia de destinar más recursos a la construcción de obras públicas.
El ingeniero indicó que Costa Rica necesita una inversión de $100.000 millones (más que todo el PIB del 2023) para construir la infraestructura que se requiere. No obstante, teme que esta brecha más bien se amplíe, especialmente debido a la intromisión de criterios políticos en decisiones puramente técnicas.
— El 30 de enero la Cámara de la Construcción realizó el reporte del 2024 y la presentación de retos para el 2025. Ustedes alertaron que el sector construcción se encuentra en crisis por la baja inversión en obra pública. ¿Podría explicarnos un poco más al respecto?
— Somos una entidad apolítica que agremia a diferentes sectores en el ámbito de la construcción, y todo lo que decimos se basa en datos y números. Le doy algunos números: en los últimos dos o tres años la construcción y las actividades inmobiliarias fluctúan entre 10% y 12% del PIB. Si desengranamos eso, típicamente construcción tiene un tercio y actividades inmobiliarias dos tercios.
“El Banco Central no nos ha dado los datos finales, pero para 2024 estimamos que el sector construcción va a ser como 4% del PIB, y actividades inmobiliarias como 8%. ¿Cómo se desintegra ese 4% de construcción? Históricamente la construcción privada era el 80% del total y la pública el 20%, pero ahora estamos girando más a que sea el 90% y el 10%, respectivamente.
“Si lo que estamos invirtiendo a construcción es el 4% del PIB, y de eso el 90% lo hace el sector privado, como país no estamos llegando ni a un 1% del PIB en inversión de construcción pública. Ahí hay una preocupación, una alerta que nos ha hecho la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
“No somos un país desarrollado, no tenemos una infraestructura a par, tenemos un rezago de infraestructura. Hemos hecho algunos números a lo interno y creemos que ese rezago anda en aproximadamente $100.000 millones.
“Es decir, si quisiéramos tener la infraestructura que necesitamos, ¿cuánta plata se requiere para poner todo al día? Anda por el orden de los $100.000 millones.
“Si tenemos un país de rezago, lo primero que tenemos que hacer es atacar ese atraso, más las necesidades que vengan a futuro. Pero estamos invirtiendo menos del 1% del PIB en conseguir lo que se necesita. Diay, una crisis”.
BID advierte: Infraestructura y energía frenan la competitividad de Costa Rica
Según el Banco Mundial, el PIB de Costa Rica para el año 2023 fue de $86,5 mil millones. El rezago en infraestructura sería superior que el producto interno bruto de ese año.
— ¿Ese rezago se puede ampliar?
— Lo vamos ampliando todos los años. Eso es como el déficit fiscal. Evidentemente no estamos tratando de atacar al gobierno ni ser amarillistas, estos son datos duros. ¿Esto es culpa de este gobierno? Definitivamente no. ¿Es culpa del anterior? Tampoco. Es un rezago histórico. Hace bastantes años dejamos de invertir en la infraestructura necesaria.
“La necesidad aumenta año con año porque ese porcentaje del PIB está muy bajo. En los años 90 y principios de los 2000 invertíamos más del 1%.
“Lo hemos hablado con el Poder Ejecutivo y el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), y todos andamos más o menos claros del monto del rezago. Además, sabemos cuánto estamos invirtiendo porque son datos públicos.
“En consecuencia, si todos estamos claros del rezago, y estamos claros de cuánto estamos invirtiendo, también estamos claros de que invertimos menos de lo que deberíamos. Eso es una realidad que nadie puede esconder o tapar.
“Este llamado no lo hacemos para sacar una noticia complicada o atacar a nadie, esto es porque necesitamos que se resuelva. Como país necesitamos que se resuelva, no como sector construcción: como país.
“La infraestructura es un habilitador para todos los sectores productivos. Hay muchísimos sectores que necesitan de la infraestructura correcta para tener un país más productivo, más próspero, más sostenible. El llamado que nosotros hacemos es: sentémonos a dibujar la hoja de ruta de cómo llegar ahí”.
Cámara de la Construcción critica falta de planificación en proyectos de infraestructura
— ¿Cómo se dio ese rezago? ¿Cómo llegamos a este punto?
— Hay una serie de problemáticas. Una de ellas es que, además del Ministerio de Obras Públicas como tal, tenemos como ocho instituciones adicionales, todas fragmentadas, con una gobernanza complicada.
“Después, hay otro gran tema: los ministerios de obras públicas de todo el mundo han dejado de ser entes ejecutores y se han convertido en entes administradores de contratos. ¿A qué me refiero con eso? $100.000 millones no los tiene ningún Ministerio de Hacienda de un país pequeño listos para ejecutar.
“Los requerimientos de infraestructura que necesita nuestro mundo, en puertos, aeropuertos, carreteras, escuelas, hospitales, no le alcanza a ningún gobierno para abrir la gaveta y decir ‘Aquí está’. Lo que han hecho los países en avanzada es que han convertido sus ministerios en entes de atracción de inversión en infraestructura, y manejo de contratos de alianza público-privada. Se han vuelto expertos en ese manejo, porque las alianzas público-privadas son probablemente la solución principal para estos retos.
“Ya tenemos ejemplos exitosos, algunos no, pero tenemos que aprender de eso. Es decir, hacernos expertos en el manejo y administración de esos contratos. Por eso desde la Cámara buscamos decirle al sector público: nos necesitamos mutuamente, no es una competencia de quién lo hace mejor, sentémonos, dibujemos la hoja de ruta y juntos construyamos”.
— Además de la tramitología, ¿cuál otra limitación identifica la Cámara en materia de infraestructura? ¿Qué áreas tienen especial rezago?
— Uno de los temas que más nos preocupa es Acueductos y Alcantarillados (AyA), es una institución que ha pasado por muchísimos cambios, pero que se ha convertido en un freno para el desarrollo de nuestro país. No solo en construcción, para el desarrollo en general.
“Nuestro país no tiene escasez de agua, somos uno de los cinco países donde más llueve en el mundo. Lo que tenemos es un problema de infraestructura para llevar el agua a donde la necesitamos.
“El AyA se ha convertido en un freno para el desarrollo de Costa Rica”.
Alfredo Volio, presidente de la Cámara de la Construcción
“Hoy, de la tubería del AyA, a lo que cobramos en el medidor de una casa, perdemos más del 50% del agua. No va a llegar al 100%, pero perfectamente se puede llegar al 75% u 80%. Solo con eso ya solucionamos todos los problemas que tenemos, para que nos demos una idea.
“Nosotros hemos empujado como Cámara que verdaderamente les demos un norte, un presupuesto y un plazo de ejecución a esas obras. Pero la realidad es que hoy, años después de estar peleando, no vemos la luz. Lo que hemos empezado a ver en estos últimos años es al AyA diciendo ‘para este poblado ya no tengo agua’, y ‘para este otro sector ya no doy permisos de agua para construcción’.
“Ya no es el lobo que viene, ya el lobo está aquí, y se normaliza. ¿Cómo es posible que hoy el freno para el desarrollo, la generación de empleo y la prosperidad sea que no podemos llevar agua a donde la necesitamos? Es una locura, una crisis, una emergencia, y ahí sentimos que no se está manejando con ese nivel de importancia que el país requiere“.
AyA es incapaz de asegurar suministro de agua potable, afirma Contraloría
— Usted señala que el 90% de la actividad constructiva recae sobre el sector privado. ¿Eso es sostenible?
— No es sostenible, porque la obra pública es la habilitadora, en muchos países inclusive va de previo a los grandes proyectos. La obra pública habilita: si no tenemos calles, puertos, aeropuertos, escuelas, hospitales, colegios, no podemos desarrollar vivienda, comercio, hotelería, oficinas, industrias. No se puede desarrollar nada si no está la infraestructura básica. Por ejemplo, el agua o las carreteras.
— ¿Cuándo empezó el rezago en la inversión gubernamental?
— Yo diría que en los años 90 estábamos haciendo la inversión necesaria para ese momento, pero no estábamos proyectando hacia el futuro. Tal vez nos acostumbramos a que ese era el ritmo que necesitábamos sin pronosticar que a largo plazo íbamos a movernos más rápido y a tener mayor inversión extranjera directa.
“Algo que nos impresiona es que cerramos los ojos y decimos: ¿qué nuevas carreteras hemos hecho en los últimos 20 años? No ampliaciones, no mejoras, nuevas carreteras, en realidad no hay mucho. Desde la creación de la ruta 27, a inicios de los 2000, no hemos hecho mucho. Creamos Circunvalación Norte, pero eso no es una carretera nueva. Eso nos debería levantar una alerta de que tenemos un problema”.
Circunvalación norte: la vía que nació colapsada por una decisión del MOPT hace 10 años
— Cuando la gente piensa en infraestructura pública, piensa en carreteras. ¿Qué más contempla la inversión en obra pública?
— Hospitales y escuelas son dos ejemplos particulares. La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ha tenido un programa muy robusto de planificación para la construcción de hospitales, y eso lo aplaudimos.
“Ellos han planificado con datos dónde se necesitan centros de salud. Tenemos hospitales, especialmente los nuevos, que son espectaculares. Eso nos gusta. Lo que no nos gusta es cuando la política se mete en esa planificación, porque ya vemos los resultados con el Hospital de Cartago. Hoy los afectados son los cartagos.
“Respetemos el proceso de la Caja, que ha demostrado hacer una planificación exitosa. Respetémoslo porque si no, ¿para qué los tenemos?
“En escuelas tenemos una deficiencia de infraestructura bestial. Tenemos cientos de colegios con orden sanitaria del Ministerio de Salud. Centros educativos que no son aptos para habitar, mucho menos para enseñar. Ahí es necesario tener una planificación más similar a la Caja”.
“El Ministerio de Educación debe tener una planificación de infraestructura similar a la Caja”
Alfredo Volio, presidente de la Cámara de la Construcción.
— El 31 de enero La Nación evidenció que las carreteras en Costa Rica nacen muertas. Los atrasos de los gobiernos y los largos procesos de estructuración provocan que las carreteras nazcan con una “vida útil” reducida. ¿La Cámara identifica esta problemática?
— Hay dos temas principales. El primero: el éxito de la ejecución de obra es la preingeniería. Si la preingeniería se hace correctamente, la probabilidad de éxito, la entrega a tiempo, en costo y en calidad, es muchísimo mayor.
“¿Por qué no hacemos la preingeniería correctamente? Porque el proceso bien hecho dura unos seis años aproximadamente. Entonces, cuando a la obra pública le metemos la política, ¿quién o cuál administración quiere hacer la preingeniería bien hecha?
“Al final, nos saltamos procesos porque la preingeniería solita dura más que un periodo presidencial. El resultado es que no se hace la preingeniería correctamente, se trata de inaugurar antes, y esa es la fórmula del fracaso. Es lo que dice La Nación, nacen muertas.
Editorial: Las grandes carreteras del país nacen (casi) muertas
“Nuestra conclusión: la política y la necesidad de obra pública no deberían estar ligadas. Lo que requiere nuestro país es indistinto de quién está en Zapote.
“Lo otro que tenemos que hacer es un plan a largo plazo para definir cuáles son las necesidades que tiene nuestro país, presupuestémoslo, y después podemos meter un poco de política en el orden, porque tal vez yo como administración digo que un proyecto es más prioritario que otros, pero no nos salgamos de esa lista, no nos salgamos de un plan”.
Editorial: Las grandes carreteras del país nacen (casi) muertas
— Las obras públicas rara vez empiezan y terminan en el mismo gobierno, lo normal es que una administración lo presupueste, otra lo construya y lo inaugure otra más. ¿Se están planificando suficientes obras para los próximos años?
— Lo que los gobiernos han dicho que quieren hacer es una ejecución importante de obras. Pero otra cosa a la que se le ha dedicado menos tiempo es qué necesita el país hacia el futuro. Por temas políticos, típicamente se le dedica menos tiempo a eso.
“Si se ejecutara todo lo que está en proceso de preingeniería estaríamos mejor parados, porque hay obras muy importantes, como terminar la ruta 32, la ampliación de la ruta 27, hacer la carretera San Carlos, el puerto de Caldera.
“Ahora bien, más allá de los próximos 10 años, yo creo que sí nos toca sentarnos a entender cuáles son cosas que no vemos a corto plazo, pero que necesitamos a mediano o a largo plazo.
“Es decir, el aeropuerto de Orotina, ¿lo queremos o no lo queremos? ¿Necesitamos un aeropuerto en Limón? ¿Y en la zona sur? Yo creo que esas grandes dudas no se contestan con ‘a mí me encantaría’, sino con datos de cómo está creciendo la población y cuáles son los polos de desarrollo. Hoy tenemos infraestructura extensa pero de muy mala calidad".
— ¿Cuáles son esas obras que la Cámara considera que necesitamos en 10, 15 o 20 años?
— Para empezar de afuera hacia adentro, necesitamos por lo menos un puerto de carga y uno de pasajeros de primer mundo en ambas costas. La experiencia con APM Terminals mostró que mediante la alianza público-privada hoy tenemos un puerto muchísimo mejor. Hay mucho que corregir, pero puede convertirse en un puerto de primer mundo.
“Hoy tenemos dos aeropuertos internacionales, que son Juan Santamaría y el Daniel Oduber, pero ¿necesitamos algo más? El Juan Santamaría no tiene mucha área de expansión, entonces ese se puede convertir eventualmente en un aeropuerto metropolitano, como Pavas, y tener en otra zona, ya sea Orotina u otro sitio, un aeropuerto de primer mundo.
“Cuando nos vamos a las carreteras, tenemos que conectar la Gran Área Metropolitana (GAM) con ambos puertos, y eso implica decidir qué vamos a hacer con la ruta 32, porque pasa por un parque nacional y es la carretera más inestable del país. Por ahí sale el 60% o 70% de la producción.
“La ampliación de la ruta 27 al Pacífico es absolutamente inminente y la tenemos que empujar. Finalmente, tenemos que mejorar las rutas a San Carlos, a Pérez Zeledón y a Liberia. Tenemos que resolver estos temas. Enfoquémonos en eso”.
- La inseguridad es el tema que más preocupa a la población en la actualidad. ¿Eso afecta la inversión en infraestructura?
- Absolutamente. La construcción no es un fin en sí mismo, es decir, nosotros construimos para nuestros clientes: quienes habitan las residencias, las oficinas, la industria, los hoteles. Somos un encadenamiento hacia ese usuario final.
“Si la inseguridad no se controla, vamos a tener menos turismo, menos inversión extranjera directa, vamos a tener afectación en el comercio y en todas las industrias que hoy empujan a nuestro país”.
Indecisión municipal estanca construcción de torres en San José