En el extrarradio de todo, donde la prosperidad, las oportunidades, la seguridad o la educación se antojan empresas imposibles, hay siempre almas bondadosas que tratan de ganarle la partida al negro destino. Sacerdotes, médicos, profesores, voluntarios que optan por destinos pocos cómodos con el único objetivo de allanar el camino a aquellos que nacieron con una empinada cuesta vital por delante. Son los héroes anónimos del día a día. En Sevilla sobran ejemplos, como también son demasiados los barrios desfavorecidos de esta ciudad que año tras año lideran las peores clasificaciones nacionales en cuanto a pobreza y desarrollo social. En el colegio Menéndez Pidal de Torreblanca saben de lo que hablo. Su comunidad educativa la conforman profesores que han elegido...
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