No hubo milagro: el momento del SPD de rendir cuentas ha llegado
Pocas personas acudieron a la fiesta electoral de los socialdemócratas. Muchos bancos permanecieron prácticamente vacíos. El frío pero también el ambiente en el partido tras conocerse los resultados llevaron probablemente a muchos seguidores a quedarse en casa. “Recrear el milagro de 2021”, eso dijeron muchos en el Partido Socialdemócrata (SPD) durante la campaña electoral y principalmente el canciller Olaf Scholz. Ni ellos mismos se lo creyeron.
Para el SPD, el resultado no solo representa un mínimo histórico en su historia, por primera vez un canciller socialdemócrata fue destituido tras un único mandato. El lunes todavía era palpable esa frustración. “Catastrófico”, “simplemente malo” se escuchó decir entre los camaradas más veteranos. Su decepción era claramente visible. "Los líderes del partido deberían dimitir ya, es necesario un nuevo comienzo", exigió el miembro del SPD Stefan Stader.
El enfado en el seno socialdemócrata era más que evidente. Muchos en ese partido lucharon hasta el último momento para convencer al grupo de indecisos. Incluso llegaron a ir puerta por puerta defendiendo su programa y ahí, cara a cara con los electores, se enfrentaron a los problemas reales: alquileres demasiado altos, alimentos caros, ingentes facturas de la luz.
Y por mucho que los socialdemócratas hablaran una y otra vez de sus planes de ayuda, por mucho que enfatizaran que querían ayudar a los "trabajadores" y a la "clase media" de la sociedad, al final no pudieron convencer a los votantes. Ni siquiera lograron sumar puntos en las cuestiones clásicas del SPD, como la justicia social o las pensiones.
En el día después de las elecciones muchos en el SPD, ya sin miedo a reprimendas, se quejaron de que se había apostado por el candidato equivocado y que fue un error dejar fuera al popular ministro de Defensa, Boris Pistorius. El pobre desempeño de la coalición tripartita también es en gran medida atribuible a Olaf Scholz quien, como candidato a canciller, siguió siendo la cara del SPD en la campaña electoral.
Probó todos los formatos imaginables de radio, televisión, podcast e incluso YouTube para llegar a los votantes más jóvenes y no ser acusado de no haber estado lo suficientemente presente pero, no obstante, los últimos tres años del canciller no se pueden olvidar tan fácilmente. Scholz es consciente y, por si acaso, se apuró en anunciar que no se sentará en la próxima mesa de negociaciones e incluso rechazó la opción de ser ministro.
Incluso en el intento de ordenar cuanto antes la casa, la presidencia del SPD no perdió el tiempo para proponer al líder del partido Lars Klingbeil como presidente del grupo parlamentario en el Bundestag aunque todo apunta a que la remodelación exigirá un mayor calado e incluso la depuración de responsabilidades para que salgan los responsables de haber permitido a Scholz presentarse a canciller, ante el descontento de socialdemócratas de haber dejado pasar la oportunidad de designar a Pistorius.
El todavía ministro de Defensa es consciente de esa indignación y la misma noche de las elecciones, tras conocerse la debacle, dejó claro que estaría dispuesto a asumir una mayor responsabilidad dentro del SPD. “El partido decide con qué equipo afrontaremos los próximos meses y años”, aseguró Pistorius. El milagro de 2021, cuando sorprendentemente muchos nuevos diputados socialdemócratas entraron en el Bundestag, ya no existe. En cambio, algunos de los veteranos perderán su escaño en el nuevo Parlamento, frente a la Unión Cristianodemócrata, pero también frente a los diputados de Alternativa para Alemania.
Una cosa está clara: Olaf Scholz es historia, ha llegado la hora del líder del partido. No obstante y tal y como dejó claro el lunes por la mañana, el todavía canciller "cumplirá su trabajo debidamente hasta el último día". Durante su mandato, Alemania se enfrentó a uno de sus mayores desafíos desde 1945, subrayó y agregó que estaba "agradecido de haber podido garantizar, en este momento tan complicado, que nuestra política en este país haya sido capaz de abordar este desafío".
Ahora tienen que ver con qué rapidez pueden entablar negociaciones con el ganador de las elecciones, Friedrich Merz, para crear una posible gran coalición. En el nuevo Bundestag solo sería posible una alianza formada por estas dos formaciones, siempre y cuando se quiera salvar el cordón sanitario. Sin embargo, el líder del SPD, Lars Klingbeil, no lo ve como un automatismo.
"No es seguro que se forme un gobierno ni que el SPD se una al gobierno", dijo este lunes en una conferencia de prensa. Esto se decidirá en las próximas semanas o meses. "La pelota está en la cancha de Friedrich Merz para acercarse a los socialdemócratas y buscar el diálogo", añadió.