Ofende a la razón el contraste entre la actitud heroica de Volodímir Zelenski y el postureo de Pedro Sánchez, que ayer no viajó a Kiev con el propósito de ofrecer ayuda útil, sino para sacarse la foto aprovechando el momento. El presidente ucraniano, acorralado por la traición de Donald Trump, no está en condiciones de rechazar apoyo de nadie, aunque lo que necesita es armamento, no abrazos de un presunto aliado cuya inversión en defensa es la más raquítica de la OTAN y no tiene visos de ir a aumentar. Un demagogo que solo ofrece palabras huecas, dado que carece de medios y de voluntad para traducir esos gestos en algo más que la limosna de 1.000 millones anunciada a...
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