Fiat Grande Panda: sencillez con gracia
Más grande que el Panda todavía a la venta, llega con versiones eléctrica y ‘mild hybrid’ y se adentra en el segmento B con una fórmula que revive el espíritu del modelo original
Con el nuevo Panda, apodado Grande para subrayar la diferencia con el Panda normal que aún sigue a la venta, Fiat se propone un doble objetivo. El primero es recuperar el legado del Panda de los años 80, tanto en concepto como en espíritu desenfadado; el segundo no es otro que volver a un apetitoso segmento B que la firma italiana había abandonado desde la desaparición del Punto, que por cierto también lució el Grande antes del nombre en el último tramo de su andadura comercial.
Las medidas hablan por sí solas de la diferencia entre Panda y Grande Panda. Mientras el primero mide 3,68 metros de largo y está homologado para cuatro pasajeros en su versión básica, el segundo roza los cuatro (3,99 concretamente) y, con una batalla de 2,54 m, alberga con relativa comodidad a cinco personas en su interior.
El maletero de 360 litros tampoco tiene nada que ver con los parcos 225 litros de su hermano menor, y se ven complementados por los 13 litros repartidos por el habitáculo en diversos espacios para almacenamiento.
Por lo que hace al tributo al Panda original, encontramos numerosos guiños tanto en la carrocería como en el interior. Por ejemplo, los faros y otros elementos del frontal, asimétrico como el de aquel, lucen píxeles que remiten a videojuegos de los 80 como el Tetris, y los pilotos traseros, muy verticales, están inspirados directamente en los del primer Panda.
La sencillez extrema de éste en lo relativo al salpicadero, que en nuestro idioma cuenta incluso con una frase hecha célebre, se conserva pero reinterpretada, como no puede ser de otra manera -entre otras razones- por las pantallas obligadas a día de hoy. El motivo del óvalo, alusivo al histórico circuito de Lingotto de Fiat, se repite en las formas del doble panel que conforman el cuadro de instrumentos y la pantalla central, en el cerco que rodea la consola central y hasta en el contorno de los reposacabezas.
Como ocurre con los Citroën C3 Aircross y Opel Frontera, con los que comparte plataforma y multitud de componentes, en el Grande Panda se ha buscado abaratar costes para ofrecer precios competitivos a la clientela. El especial mérito de Fiat es, a nuestro juicio, que en este caso ha sabido conjugar sencillez con gracia e incluso hacer de la necesidad una virtud.
FCitaremos como ejemplo la mención Citaremos como ejemplo la mención Fiat embutida en el portón trasero, una solución que reduce el coste de fabricación y al mismo tiempo funciona como elemento distintivo y hasta agraciado a nuestro gusto. Sin duda, otro alarde de ingenio es que la versión eléctrica del modelo lleva por defecto el cable de carga camuflado bajo una tapa situada en el frontal del coche. Lo mejor: que el cable, de 4,5 metros, se desenrolla como el de una aspiradora -enrollarlo cuesta más, todo sea dicho- a fin de que no se ensucie y no ocupe espacio en el maletero.
Mediante esta toma, el Grande Panda eléctrico se recarga a un máximo de 7 kW. Quien quiera mayor potencia puede solicitar, por 400 euros, una salida convencional, esta ya emplazada en el lateral izquierdo, que admite hasta 11 kW en corriente alterna y 100 kW en continua. A los compradores de la variante más lujosa, llamada La Prima, Fiat les regala un punto de carga en el domicilio, gastos de instalación aparte.
A partir de primavera
El modelo eléctrico incorpora un motor de 113 caballos y una batería de 44 kWh que le permite recorrer hasta 320 kilómetros entre recargas. Las primeras entregas del Grande Panda, previstas para abril o mayo, corresponderán precisamente a esta versión de baterías, que se desdobla en dos versiones: Red, a la venta desde 25.450 euros (precio de tarifa sin campañas ni descuentos por financiación), y La Prima, que parte de 28.450.
Fiat lanzará poco más tarde el Grande Panda mild hybrid, merecedor de la etiqueta Eco de la DGT, al que augura una gran acogida del mercado. Se trata aquí de la variante de 100 CV del sistema de impulsión conocido de otros modelos del grupo Stellantis, que se distingue por disponer de un motor eléctrico de 21 kW que, integrado en la transmisión, permite avanzar al vehículo en modo eléctrico en determinadas condiciones.
El modelo microhíbrido se ofrece en tres acabados: Pop, desde 18.950 euros (mismas condiciones antes nombradas); Icon, a partir de 20.450 euros, y La Prima, disponible desde 22.950. El intermedio, que será el más demandado según las previsiones de la marca, se puede mejorar gracias a los paquetes Style, más centrado en el diseño, y Tech, cuyo fuerte es la carga tecnológica.
El espíritu desenfadado del nuevo modelo queda patente en la paleta de colores escogida por Fiat, fiel a su consigna no grey (nada de gris) y compuesta por las tonalidades amarillo Limón, Bronce Lunar, verde Acqua, azul Lago, rojo Pasión, negro Cinema y blanco Gelato, de los que la marca afirma que “encarnan el colorido estilo de vida de los italianos y reflejan el ADN de Fiat”.
La presentación del Grande Panda a la prensa especializada nos ha permitido conocer algunos detalles que pueden resultar de interés. Uno de ellos es que no se descarta la posibilidad de contar con cambio manual en una hipotética versión más asequible que pudiera recalar en el mercado. La acogida del modelo y la evolución del mercado también podrían animar a Fiat a plantearse lanzar un Grande Panda 4x4 como el que ha comercializado, con muy buena aceptación, en anteriores generaciones del coche.