Todos los navegantes de la Vendée Globe pueden enorgullecerse de logros deportivos y personales. Para empezar, Charlie Dalin no solo ganó la Vendée Globe, sino que arrasó y navegó una regata casi impecable para destrozar el récord de la circunnavegación. Rebajarlo en más de nueve días es asombroso. Más allá de esta proeza deportiva, en la décima edición de la vuelta al mundo en solitario y sin escalas ni asistencia externa han destacado otros nombres por sus emocionantes historias. Sin duda, Violette Dorange brilló con luz propia . A sus 23 años, es la navegante más joven que ha completado la Vendée Globe, y el recibimiento en Les Sables d'Olonne estuvo a la altura de tal gesta, aclamada por miles de seguidores que han quedado prendidos de su frescura en redes sociales. Completó la circunnavegación en la vigésimo quinta posición tras 90 días, 22 horas y 37 minutos en el mar a bordo de un IMOCA de 2007 que ya suma seis vueltas al mundo, y con el cual Michel Desjoyeaux ganó la Vendée Globe de 2008. La francesa alcanza el Everest de la vela ahora, pero ya apuntaba maneras. A los 15 años cruzó el canal de la Mancha a bordo de su Optimist, y unos meses más tarde hizo lo propio en el estrecho de Gibraltar. Luego se pasó al 420, donde fue medallista en mundiales juveniles en varias ocasiones, pero la vela oceánica era su gran sueño. A los 18 años completó la Mini Transat, y también navegó en la clase Figaro. La nueva estrella, nacida en 2001, es ocho semanas más joven que el anterior participante más joven de la historia, el suizo Alan Roura, que completó la Vendée de 2016 en 105 días. La proeza de Dorange recuerda también la de la navegante británica Ellen MacArthur , quien en 2001, a sus 24 años, completó su Vendée en 94 días y en segunda posición. El talento y la tenacidad de esta chica no pasó desapercibido. El legendario navegante Jean Le Cam (que en esta décima edición terminó su sexta Vendée) la tomó bajo su protección en la clase IMOCA para prepararla para la vuelta al mundo. En esta, Dorange alternó fases muy competitivas, en las que batalló de forma feroz ante sus rivales, con momentos de prudencia, en los que levantó el pie del acelerador cuando sintió que ponía en peligro su seguridad y la de su barco. «¡Es una decisión difícil, pero prefiero conservar mi barco, no ir a destrozarlo todo, porque quiero terminar esta regata !», confesó. Violette Dorange, que al finalizar la regata habló de volver a intentarlo de nuevo dentro de cuatro años, tuvo que afrontar momentos difíciles en su travesía, incluyendo una borrasca con vientos de 50 nudos de intensidad. « Pensé que el mástil se iba a partir en dos . Tuve muchísima suerte», dijo. Otra situación complicada la vivió al sur de Brasil, cuando tuvo que subir al mástil por segunda vez con 20 nudos de viento y olas de dos metros. «Sinceramente, fue una pesadilla. Pensé que me iba a hacer daño. No volveré a hacerlo en mi vida en una situación así, porque tenía demasiado miedo », admitió la valiente joven, que ha inspirado a una nueva generación de navegantes. Otra emocionante historia en la décima Vendée Globe es la de Jingkun Xu. Se trata del primer regatista chino en completar este desafío extremo , pero su vuelta al mundo pasará a la historia por su increíble trayectoria de determinación y coraje. Cruzó la línea de meta en Les Sables tras 99 días, 20 horas y 6 minutos de navegación solitaria alrededor del planeta… con un solo brazo. Perdió el izquierdo a los 12 años. No le detuvo esto ni el ser un chico de montaña que iba para el atletismo y no sabía mucho de este deporte: aprendió a navegar en un cibercafé. De allí empezó a navegar en vela paralímpica y luego se convirtió en el primer marinero con un solo brazo en circunnavegar los mares de China en solitario, a bordo de un barco de 24 pies. Inspirado por Ellen MacArthur, llegó a Francia sin saber ni francés ni inglés y corrió la regata Mini Transat de 2015. Luego navegó alrededor del mundo en un catamarán de crucero con su esposa, y tras la experiencia vendieron su casa en China y se mudaron a Francia, donde compraron un IMOCA para perseguir el sueño de la Vendée Globe. Xu lo preparó solo, sin equipo de tierra y de forma autodidacta , a base de muchas horas de trabajo, así que su mayor logro era llegar ya a la línea de salida. Antes de emprender la aventura dijo: «Trabajé 18 años para estar aquí. Más de 6.000 días y noches para prepararme. Transformar en realidad lo que muchos creían una locura es una sensación indescriptible». En la vuelta al mundo, demostró una determinación inspiradora. Preguntado sobre su voluntad de atravesar directamente algunas de las tormentas más duras, sonrió con humildad y confesó: « Solo quiero tomar la ruta más corta para llegar a la meta lo más rápido posible , para ver a mis seres queridos lo más rápido que pueda». Dos historias destacan también entre los que no consiguieron acabar la Vendée. El patrón de La Mie Câline, Arnaud Boissières, quien había corrido todas las ediciones desde 2008, perdió el mástil a 2.500 millas náuticas de la meta, en la latitud de Cabo Verde. El francés fabricó un mástil improvisado con un estabilizador y montó un kite con un trozo de vela para remontar el Atlántico . Tras dos semanas de navegación lenta, consiguió llegar sano y salvo a Martinica, entre los aplausos de su familia, amigos y equipo técnico. Una victoria diferente fue también la de Yannick Bestaven. El ganador de la edición de 2020 tuvo que retirarse al paso del cabo de Hornos por la acumulación de problemas y averías, incluyendo un fallo importante en la dirección. « Me siento como si estuviera conduciendo un coche sin volante », confesó, y horas después anunció su retirada para hacer escala en Ushuaia y reparar el barco. Tras llevar a cabo los pertinentes trabajos, el patrón del Maître CoQ V soltó amarras y retomó la circunnavegación, ya fuera de regata. En Les Sables d'Olonne fue recibido con todos los honores, como homenaje a su última Vendée tras casi 20 años en este mundo.
