Españolas de origen marroquí afirman haber sido objeto de chantaje por parte de gendarmes del país vecino
Regresaban ayer a Melilla de unas vacaciones en Ifrane y dos españolas de origen marroquí sufrieron un incidente en lo que, según su versión, de la que han informado a LA RAZÓN fuentes marroquíes, consideran un chantaje por parte de agentes de la Gendarmería Real del vecino país. Ocurrió en la comunidad de Saka.
Según el relato de las víctimas denunciado ante la Asociación de Derechos Humanos de Nador, las españolas, residentes en Melilla, tras salir de la autopista en dirección a a la ciudad autónoma, fueron interceptadas por agentes de la Gendarmería Real. Los oficiales procedieron a solicitar sus documentos personales y la documentación del vehículo, pero al no encontrar ninguna irregularidad, "la situación dio un giro inesperado".
Uno de los agentes señaló que el permiso de conducir de la conductora no era válido en Marruecos, a pesar de haber sido renovado por las autoridades españolas. Y anunció que el vehículo iba a ser incautado y remolcado al depósito municipal de Saka.
Las mujeres intentaron razonar con los agentes, --agregan-- pero ·la única respuesta que obtuvieron fue una exigencia de 200 dirhams (unos 20 euros) a cambio de su liberación. Ante la presión y la incertidumbre de quedarse varadas en plena madrugada, la conductora se vio obligada a pagar para poder continuar su camino".
Este episodio ha causado indignación entre la comunidad marroquí residente en España y ha reavivado el debate sobre la corrupción dentro de los cuerpos de seguridad marroquíes. Las víctimas han denunciado públicamente este abuso de autoridad y subrayan que estas prácticas dañan la imagen de la Gendarmería Real y del propio Reino de Marruecos. Asimismo, exigen una investigación para identificar y sancionar a los responsables.
En cualquier caso, se espera conocer en breve la versión de la Gendarmería sobre lo ocurrido durante este incidente.