Se acabaron los alegres días. El PP andaluz está perdido, y haría bien en ir pensando en disolverse y escribir sus memorias. No es que lo haya hecho mal, que gobierna con holgura y amplitud de criterio. Quizá su presidente tiene demasiada amplitud de criterio, que se parece tanto a la falta de criterio. Pero el destino se le ha vuelto hostil y estrepitoso. La inteligencia, decía el gran Zubiri, es el conocimiento de la realidad. Y si lo dijeron más autores, considérense incluidos en la cita. A uno, qué más le da. Íbamos diciendo que la realidad se ha vuelto hostil al PP andaluz. La realidad política andaluza padece hoy el rugido sin escolarizar de la licenciada Montero, acaso...
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