Por qué hay esculpido un astronauta en la catedral de Salamanca

Cualquier turista que visite Salamanca no volverá a casa sin disfrutar de la experiencia de explorar de cerca la Catedral de la ciudad, absolutamente espectacular. Pero tal vez muchos se fijen en un detalle entre los muchos detalles, secretos, leyendas... que atesora toda una joya de nuestra arquitectura. Porque, la pregunta que los que lo han visto es: ¿Alguien podría imaginar que se encontraría con un astronauta, esculpido en piedra, en uno de los admirados recovecos? 

Sí, es muy sorprendente, ese astronauta que parece que no pertenece al resto del contexto de la piedra esculpida. Pero, como tantas historias, todo tiene su explicación. El astronauta, que sorprende a la atenta mirada del visitante, ya que aparece junto a un fauno comiendo un helado, tiene su curiosa explicación. 

La razón, un guiño

La historia es la siguiente. El astronauta en sí es obra del cantero Miguel Romero. Y se trata de una adición realizada a la fachada de la catedral en 1992, cuando se inició un tedioso proceso de restauración de la fachada, dirigido por el reconocido arquitecto Jerónimo García de Quiñones.

El propósito de Romero fue seguir en todo momento la estética que presentaba la catedral, mientras se añadían algunos guiños a la época contemporánea. Y dicho astronauta fue uno de esos guiños. 

Construida entre 1513 y 1733, la catedral de Salamanca es sin duda una de las maravillas de la arquitectura de nuestro país, que arrastra a miles de personas deseosas de visitarla y contemplar su belleza interior o exterior y, por supuesto, dar con la famosa rana de la fachada, que parece que es más reclamada que el curioso astronauta.

En todo caso el del astronauta se trata de un detalle tallado en la misma piedra que atrae a turistas y curiosos que se deleitan de todas las las esculturas góticas y renacentistas que la hacen, a la catedral, de uno de los grandes reclamos de la ciudad.