Un centro espacial finlandés vigila el avance del cambio climático en el Ártico
En un centro espacial aislado en el norte de Finlandia, cerca de la frontera rusa, los investigadores estudian con más precisión que en cualquier otro lugar de Europa el impacto del cambio climático en el Ártico.
Girando lentamente como girasoles dirigidos a los satélites polares en el espacio, cuatro grandes antenas dominan el recinto nevado del Centro Espacial Ártico del Instituto Meteorológico Finlandés en Sodankylä, ciudad de 8.000 habitantes al norte del círculo polar.
Situado en medio de bosques boreales, turberas y ríos sinuosos, el sitio de investigación en la región de Laponia es único en el mundo debido a la profundidad histórica de sus datos sobre el clima y el tiempo.
"Es un excelente lugar para estudiar el bosque boreal, el medio ambiente aquí en el Ártico, y utilizar los datos satelitales para observar el cambio climático", explica a la AFP Jyri Heilimo, director del Centro Espacial.
"Las órbitas de los satélites polares convergen hacia los polos, lo que significa que la estación en el suelo de Sodankylä, situada a 67 grados de latitud, puede recibir muchos más datos de satélites por día que una estación cerca del Ecuador, por ejemplo", explica Timo Ryyppö, director del centro de datos satelitales de Sodankylä.
Utilizando tanto mediciones terrestres como los datos procedentes del espacio, los investigadores han podido, entre otras cosas, estudiar la evolución de la cobertura de nieve y hielo en el hemisferio norte a lo largo de los años.
"Hemos medido que la extensión de la nieve disminuye. La cantidad de nieve permaneció constante, pero está distribuida de manera desigual", resume Ryyppö.
Precisamente en febrero, cuando la AFP visitó el centro, la cobertura de hielo marino en el mundo alcanzó un mínimo histórico, informó este jueves el observatorio climático europeo Copernicus.
- Calentamiento más rápido -
Por el recinto del observatorio hay distribuidos unos 550 aparatos de medición, varios de ellos fijados en una torre de 25 metros que se levanta entre un pinar para vigilar los gases de efecto invernadero emitidos por los árboles, el sol y la atmósfera.
"Queremos conocer bien este detalle del Ártico para conocer bien el Ártico", afirma Heilimo. En ese día de febrero, del cielo sombrío caía aguanieve y las temperaturas rozaban los 0 ºC en ese lugar cuando normalmente suelen situarse en -20 ºC.
El director del centro enseña un gráfico que muestra que la temperatura media allí aumentó dos veces más rápido que en otras partes del planeta desde el inicio de los registros térmicos en el lugar en 1908.
Según un estudio publicado en la revista científica Nature, el Ártico se ha calentado cuatro veces más rápido que la media del globo desde 1979.
"Hay una expresión que dice: 'Lo que ocurre en el Ártico no se queda en el Ártico'. Esto significa que los cambios que observamos aquí, el deshielo del permafrost, el aumento de temperaturas, se producen también en otros lugares. Simplemente aquí ocurre más rápidamente", explica Heilimo.
- "Cada vez más importante" -
Con sus datos desde el terreno, el centro de Sodankylä desempeña un papel crucial para respaldar las observaciones satelitales europeas sobre la evolución del clima en el Ártico, apunta Simonetta Cheli, directora de los programas de observación de la tierra de la Agencia Espacial Europea.
Este organismo lanzó en febrero un "Supercentro de observación de la Tierra ártica-boreal" en colaboración con el Instituto Meteorológico finlandés en Sodankylä.
Es "muy, muy difícil" medir el dióxido de carbono atmosférico por encima de la nieve con un satélite, dice Heilimo.
"Por eso estamos nosotros aquí: nuestras mediciones en el terreno, comparadas con las mediciones de satélite en la región ártica en condiciones invernales, permiten desarrollar una mejor metodología de detección del dióxido de carbono atmosférico a partir de los satélites", explica.
La estación finlandesa cobró todavía más importancia a raíz de la invasión de Ucrania en 2022, que interrumpió las relaciones entre la agencia europea y Rusia, subraya Cheli.
"De todos los datos del Ártico, ahora nos falta la mitad para validar la verdad establecida en el terreno" porque "Siberia ya no es accesible para llevar a cabo este ejercicio", argumenta.
"Países como Finlandia se vuelven cada vez más importantes para validar los datos satelitales en el terreno. Esto se ha convertido en una infraestructura estratégica central", dice.
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