El juicio por el caso Eldense , relacionado con presuntos casos de amaños de partidos por el club alicantino, ya tiene fecha. Según ha podido saber ABC, los acusados comparecerán ante el juez en enero de 2026 El próximo mes de abril se cumplirán ocho años de los presuntos amaños de partidos del Eldense cuando el club azulgrana estaba gestionado por un fondo transalpino representado por el italiano Nobile Capuani. Un escándalo que saltó a la palestra después de una escandalosa goleada (12-0) al conjunto alicantino en una visita al Barcelona B cuando ambos conjuntos militaban en Segunda división B, el resultado más abultado recibida por el Eldense en su centenaria historia. Cheikh Saad , delantero que en 2017 formaba parte de aquella plantilla del Eldense, abrió la caja de los truenos al denunciar presuntas irregularidades en el seno del vestuario deportivista tras aquella escandalosa goleada en el Mini Estadi. Una denuncia que llevó a la gestora del Eldense a pedir a la Liga de Fútbol Profesional y a la Policía que investigaran posibles amaños de sus propios futbolistas. La operación policial se saldó con la detención del representante del fondo inversor, los entrenadores Fran Ruiz y Filipo di Pierro , así como de los jugadores Nico Cháfer y Maiki Fernández , los cuales posteriormente fueron puestos en libertad con cargos por el titular del Juzgado de Instrucción Número 1 de Elda. Hoy se ha fijado fecha para el juicio por este caso, que se ha fijado para los días 12,13,14,15 y 16 de enero de 2026. Como acusados comparecerán Filippo di Pierro, Fran Ruiz, Nobile Capuani, Maiki Fernández, Nico Cháfer y su hermano Jesús Cháfer. El grupo inversor italiano, con Nobile Capuani como cabeza visible, entró en el Eldense en enero de 2017, en teoría para salvar una situación económica delicada. Se despidió a varios jugadores sin indemnizarles y trajeron otros muchos. Presuntamente, muchas de las incorporaciones servían para amañar los partidos. Se trataba de jugadores de diversas nacionalidades, muchos de ellos sin el nivel adecuado para desarrollarse en Segunda B, la categoría en la que militaba entonces el club alicantino, actualmente en el fútbol profesional (Segunda división). Según consta en el sumario, a cambio de arreglar el resultado de los partidos cuando sabían del interés de algún inversor, los jugadores 'mojados' se podían llegar a repartir unos 30.000 euros.
