El primer fin de semana de Cuaresma siempre deja imágenes llenas de intensidad y recogimiento , y aunque la lluvia haya limitado algunos momentos en la calle, la fe y la devoción han brillado con fuerza en el interior y fuera de los templos. Las hermandades, fieles a su compromiso, han sabido adaptarse y mantener viva la esencia de este tiempo litúrgico, ofreciendo instantes de oración ante sus titulares. En estos días, incluso en la brevedad de las salidas o en la intimidad de los altares, se hace palpable cómo la fe se mantiene firme, alimentando el espíritu de los cofrades y devotos. La Cuaresma es precisamente eso: un camino de preparación, de encuentros y de reflexión, donde cada mirada a una imagen sagrada, cada rezo o cada silencio, se convierte en una ofrenda de fe. Afortunadamente, todo no es la estética, ver si algo está bien o mal, hay quien aparta todo con tal de estar alrededor de sus imágenes porque es lo más importante, dejando la mirada fija ante su devoción, manteniendo una conversación en silencio, rezando, recordando a los que no están o a los momentos vividos y que están por venir. El besamanos de Jesús Cautivo en la parroquia de Santa Genoveva es, sin duda, uno de esos momentos que trascienden lo puramente ritual para convertirse en una verdadera catequesis vivida. Cada viernes de marzo, el Tiro de Línea se convierte en un espacio de fe y encuentro, donde el recogimiento y la devoción de los fieles hablan por sí solos. Basta con sentarse unos minutos y observar cómo las miradas se llenan de esperanza, cómo las manos se alzan en oración, y cómo el silencio dice más que cualquier palabra. Es un testimonio palpable de la presencia viva de Cristo en medio de su pueblo. Cada gesto, cada lágrima contenida, cada susurro frente al Señor Cautivo es un acto de fe que enseña sin necesidad de discursos. A los pies del Señor estuvo , durante toda la jornada, una emotiva carta acompañada de una rosa blanca y una estampa del Cautivo y de la Virgen de las Mercedes. La carta fue colocada en la puerta del templo antes de la apertura del besamanos, y durante todo el día permaneció a los pies del titular de Santa Genoveva. Eran las palabras de una persona que había perdido recientemente a su madre. Jesús Nazareno es el fiel reflejo del significado del primer viernes de Cuaresma, una cita ineludible en San Antonio Abad para venerar esta portentosa obra. Un reguero de personas no pararon de entrar en el templo para besar su talón, admirarlo en 360 grados y dar gracias por volver a verlo en esta fecha tan emotiva. Emocionante es comprobar cómo los sevillanos aman a Cristo, cada uno representado en la imagen titular de su hermandad y en el amor que le profesan. Son días de intensa emoción y de un arduo trabajo que solo comprende quien lo vive de cerca. En La Carretería , todo estaba preparado para trasladar al Cristo de la Salud al Sagrario, pero las circunstancias truncaron ese momento. Aun así, los hermanos permanecieron cerca de Él durante el rezo del vía crucis. El domingo, celebraron el día más importante sin su presencia, un fiel reflejo de que la creencia y lo que representa cada instante están por encima de todo. Impactante, aunque fuese por unos minutos, es haber visto a l a Virgen de la Estrella ataviada de hebrea como en 1930, un auténtico regalo la recuperación de estampas antiguas. Esta semana continúa así en el retablo mayor de San Jacinto, reflejando que parece que el tiempo no ha pasado por Triana. La Virgen de los Dolores de los Servitas , posiblemente, ha dado con la imagen más detacada del inicio de la Cuaresma. Se trasladó bajo palio hasta San Marcos para celebrar sus cultos por la plaza de Santa Isabel, ofreciendo una imagen que continuará produciéndose a lo largo de la semana. Un deleite para todos los sentidos.