Repensar la idea de América del Norte en los tiempos de Trump
Incertidumbre parece ser la palabra que caracterizará a la relación comercial entre Estados Unidos y México en los próximos años, la administración Trump buscará mantener siempre alguna duda, en la expectativa que su voz zanjará nuevas controversias o acallarlas. Lo que se genera es un estado de incertidumbre crónico, en el que el mundo de la producción se verá vulnerado y por lo mismo acotado por esta forma de hacer política del nuevo gobierno estadounidense.
La inestabilidad hará gala en los mercados financieros en forma definitiva, este lunes se dejó entrever que los mercados se han vuelto sensibles a este regreso de Donald Trump y observaron un fuerte ajuste, en esta perspectiva, la inestabilidad será una de las principales características de esta etapa del nuevo gobierno. No es de esperarse que regrese la calma a los mercados financieros, se tendrán que descontar este tipo de acciones para estimar los resultados anuales en los próximos cuatro años.
Esta situación implica que los principales socios comerciales de Estados Unidos tendrán que asumir una posición de una política económica más activa para contrarrestar el efecto externo. México tendrá que entretejer una planta productiva más solida en donde progresivamente el factor externo pueda ser neutralizado a través de proveedurías internas, es decir, requerimos de un proceso de respuesta rápida y uno de sustitución progresiva de importaciones que reduzca la vulnerabilidad externa. Las acciones de esta semana del secretario de Economía en torno al acero y el aluminio serán claves para valorar qué tan efectivas pueden ser las negociaciones de respuesta rápida para enfrentar la adversidad y a la vez para valorar el margen que existe para el desarrollo de proveedores internos.
El proceso de sustitución de importaciones es una tarea que requiere de un proceso de planeación y de acuerdos interinstitucionales, requerimos planteamientos que estén acordados con agentes institucionales, en este sentido, es momento de reforzar las tareas de las cámaras industriales, son las que tendrán que encarar este proceso. Es momento de construcción, los protagonistas en cualquier proceso de sustitución de importaciones serán las empresas, estas requerirán del apoyo gubernamental,l y para su planeación y puesta en marcha deberán apoyarse en los centros educativos. Requerimos funcionalizar a los centros de educación superior en el apoyo de esta gran tarea, tenemos que devolverle a la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación el papel protagónico que se busco darle al Consejo de Ciencia y Tecnología en los años setenta, momento en que se propuso que las empresas pudieran buscar su apoyo para desarrollar cadenas de valor. En este momento existe una extensa red de universidades y de politécnicos que pueden poner en marcha este esfuerzo.
Una tarea estratégica es cómo vincular el vasto sistema tecnológico con las empresas, es necesario recordar que existe en el país un vasto sistema de Cámaras industriales y de asociaciones empresariales; sin embargo, en la cotidianidad hay un gran vacío, las cámaras se han burocratizado, atienden trámites y no se asocian con la transformación y modernización empresarial, se han convertido en la ventanilla de trámites, pero no están construyendo nuevos procesos y atendiendo las necesidades de transformación del país.
Es necesario modernizar la organización empresarial, actualmente el Consejo Coordinador Empresarial agrupa a 14 organizaciones empresariales, a su vez la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin) agrupa a 46 Cámaras nacionales, 14 Cámaras regionales, 3 Cámaras genéricas y 44 asociaciones. Es decir, contamos con una infraestructura institucional que en principio debería ser ágil para responder a una situación de emergencia como la que nos encontramos. Esta infraestructura requiere modernizarse para generar una nueva dinámica que permita enfrentar una nueva etapa de industrialización del país.
En esta perspectiva, repensar la asociación de México con América Norte en tiempos de Trump requiere de una revitalización de las instituciones en nuestro país que apoyen un proceso de fortalecimiento industrial fundamentado más en la innovación y no en la maquila. Se requiere de un proceso de política industrial más ágil que permita tener un papel más proactivo en la modernización de la planta productiva de América del Norte, y no dejarnos llevar por las inercias que han dominado a la industrialización de los últimos 30 años. Es momento revitalizar nuestra planta industrial para tener mayores elementos para negociar.