La Guardia Civil lanza un consejo urgente a los conductores para evitar accidentes tras el cambio de hora
Seguridad al volante - Circular con las luces cortas encendidas durante el día mejora la visibilidad en carretera y reduce hasta un 10% el riesgo de accidentes
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El cambio de hora llega sin pedir permiso. En mitad de la noche, cuando el reloj avanza un paso que nadie ha dado conscientemente, el cuerpo lo siente. Ojos pesados, reflejos más lentos, una sensación extraña al pisar el acelerador.
No es solo una hora menos de sueño: es una alteración que juega en contra de quienes se ponen al volante cuando el día apenas empieza. Y, aunque parezca un detalle menor, la diferencia entre reaccionar a tiempo o no puede decidirlo todo.
Menos luz, mayor esfuerzo para la vista
Cada año, con la llegada del horario de verano, los relojes avanzan una hora y, con ellos, los hábitos de millones de personas. Este ajuste puede parecer insignificante, pero su impacto en la seguridad vial es considerable.
En los días posteriores, muchos conductores experimentan una combinación de sueño acumulado, menor agudeza visual y una adaptación forzada a las nuevas condiciones lumínicas. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), este desajuste puede traducirse en un aumento del riesgo de accidentes, especialmente en las primeras horas del día.
Conducir con menos luz es más que una cuestión de visibilidad reducida. Al amanecer más tarde, el ojo humano se enfrenta a un proceso de adaptación que puede comprometer la percepción de profundidad y la capacidad de reacción. La pupila se dilata más de lo habitual, obligando a la retina periférica a trabajar en exceso.
El resultado es una leve miopía nocturna que afecta la nitidez de los objetos en movimiento. Además, la fatiga visual se intensifica, acompañada de lagrimeo y picor en los ojos, lo que reduce hasta en un 30% la capacidad de visión.
Circular con luces encendidas mejora la seguridad vial
La importancia de la iluminación cobra un papel fundamental en este contexto. No solo para ver, sino para ser visto. La Guardia Civil y la DGT insisten en la necesidad de revisar el sistema de luces del vehículo y adaptarse a las nuevas condiciones de luminosidad. “Está demostrado que circular de día con las luces cortas encendidas reduce el riesgo de sufrir un accidente: hasta un 10%”, explica la DGT. Este simple gesto mejora la percepción de los vehículos en la carretera, haciendo que un coche oscuro sea visible a 170 metros de distancia.
Pero el impacto de las luces no termina ahí. Al incrementar el contraste visual entre los vehículos y su entorno, los conductores pueden calcular mejor las distancias y reaccionar con mayor margen de seguridad. También facilita la identificación de los coches y mejora la percepción de su velocidad, un factor fundamental en adelantamientos y maniobras rápidas. Para aquellos vehículos que no cuentan con luces de conducción diurna de serie, se recomienda llevar las de cruce encendidas durante el día, especialmente en carretera.
En las primeras jornadas tras el cambio de hora, la prudencia es el mejor aliado de cualquier conductor. Evitar la fatiga, ajustar los horarios de descanso y ser consciente de la alteración en los reflejos puede marcar la diferencia. Porque cuando la carretera está oscura y el cansancio pesa en los párpados, cualquier detalle puede convertirse en un factor decisivo.