La ventana de Overton y la política exterior de Trump

La ventana de Overton es un enfoque para identificar las ideas que definen el espectro de aceptabilidad de las políticas gubernamentales. La premisa del concepto que Overton definió que los políticos habitualmente actúan de manera libre solo dentro de una ventana considerada aceptable. Se considera una teoría política que representa un ideario potable por el público como una ventana estrecha, afirmando que la viabilidad política de una idea se define principalmente por este hecho antes que por las preferencias individuales de los políticos.

La apertura de esa ventana se ejemplifica en la puesta en consideración de temas en el debate político como lo fueron la abolición de la esclavitud, el voto de la mujer y el matrimonio gay. Son asuntos que un político puede recomendar sin ser considerado demasiado extremista para poder ocupar o mantener un cargo público. Algunos analistas consideran​ el concepto de la ventana de Overton como una teoría de conspirativa para «legalizar cualquier cosa» siguiendo una serie de pasos.

El concepto ha sido reciclado en varias ocasiones para referir a las prácticas de actores políticos como Donald Trump a nivel interno. En su oferta electoral lo hizo y cumplió con las 100 órdenes ejecutivas del 20 de enero y los subsiguientes anuncios en política exterior referidos al multilateralismo como la salida del Acuerdo de París, de la Organización Mundial de la Salud y el desacoplamiento de la OTAN. Mi propósito en este escrito es trasladarlo a otros temas de la política exterior del polémico mandatario. Veamos:

En las pocas semanas que lleva en el poder, Donald Trump ha introducido en la agenda de la comunidad internacional asuntos impensables hasta hace poco. Es decir, ha abierto la ventana con declaraciones como considerar a Canadá como el Estado 51, la toma del Canal de Panamá, la compra de Groenlandia, convertir a Gaza en un centro turístico similar a la Riviera francesa, proponer una paz con Rusia excluyendo a Ucrania y Europa y desatar una guerra arancelaria a nivel global.

Dentro de esa política disruptiva guiada por estrategia de la “presión máxima”, aunada con poner en el debate dichos asuntos creando divisiones o fracturas internas entre los destinatarios de sus objetivos, actúa como el hábil político gubernamental que para seguir en el poder abre el espectro de su agenda electoral a temas nuevos que ya pudieran tener un público electoral ganado.

Hay que decir, que hasta ahora ha tenido un éxito. La articulación de la ventana de Overton con la política exterior por lo pronto ha puesto en jaque a gran parte de la comunidad internacional y puede generar un desgaste importante en muchos actores, que ceden ante la nueva agenda impuesta por Trump. En China, Ucrania, Europa, el Medio Oriente y Latinoamérica ya se ha manifestado de manera contundente.

Esperamos que estas nuevas configuraciones estratégicas en el mundo, producto de la apertura de esta ventana, no contribuyan en el futuro a crear un desorden internacional mayor al que ya se encuentra planteado.