La historia del repartidor de pizza que con 500 dólares fundó una empresa que hoy vale 1400 millones
En el mundo del emprendimiento, pocas historias son tan inspiradoras como la de Ben Francis, un joven británico que pasó de ser un repartidor de pizzas a crear una de las marcas de ropa deportiva más exitosas del mundo: Gymshark.
Con apenas 500 dólares, una máquina de coser y mucha visión, este fisicoculturista convirtió su negocio en una empresa valorada en 1450 millones de dólares.
De un pequeño proyecto al éxito absoluto
Ben Francis, nacido en 1992 en West Midlands, Inglaterra, siempre soñó con ser futbolista, pero pronto se dio cuenta de que no tenía el talento suficiente para destacar.
A los 17 años, empezó a entrenar en el gimnasio y a interesarse por el desarrollo de aplicaciones. Combinando ambas pasiones, creó una de las primeras apps de entrenamiento en 2011, un proyecto exitoso en el Reino Unido debido a la poca competencia en ese momento.
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Al cumplir 18 años, ingresó a la Universidad de Aston en Birmingham y, para cubrir sus gastos, comenzó a trabajar como repartidor de pizzas ganando apenas 8 dólares por hora. Sin embargo, su ambición era mayor y, junto a su amigo Lewis Morgan, decidió emprender su propio negocio: comenzaron vendiendo suplementos deportivos bajo la marca Gymshark.
El giro clave en su proyecto, ocurrió cuando se dio cuenta de que la ropa deportiva disponible en el mercado no se adaptaba a su físico. Así que, en lugar de solo revender productos, decidió diseñar y fabricar su propia línea de ropa para culturistas.
Con una máquina de coser, una impresora serigráfica y algo de tela, ambos amigos, comenzaron a producir prendas en el garaje de los padres de Francis. Los diseños destacaban los músculos y la estética del fitness, algo que hasta ese momento no estaba bien explotado en el mercado.
Para ganar visibilidad, recurrió a las redes sociales, enviando ropa gratis a influencers de fitness en YouTube e Instagram. La estrategia funcionó: el nombre Gymshark comenzó a viralizarse y sus ventas crecieron exponencialmente.
Su estrategia para empezar a ganar 45.000 dólares al día
El punto de inflexión llegó en 2013, cuando Francis y su equipo invirtieron sus ahorros en un stand en BodyPower: la mayor feria de culturismo de Europa. Vendieron casi todo su stock en el evento, demostrando que su producto tenía un gran potencial.
Tras este éxito, Gymshark se convirtió en un fenómeno en redes sociales. Los influencers mostraban sus productos en videos, y las ventas pasaron de 450 dólares diarios a 45.000 dólares por día. En lugar de invertir en publicidad tradicional, el joven ahora multimillonario apostó por microinfluencers, pagándoles 500 dólares al mes para que usaran y promocionaran su ropa en sus publicaciones.
Con el crecimiento sostenido, en 2018, Gymshark dejó el garaje y estableció su sede en Solihull, Inglaterra. Francis comenzó a organizar pop-up stores en distintas ciudades del mundo, ofreciendo ediciones exclusivas de su ropa, lo que fortaleció aún más el vínculo con su comunidad.
Las cifras hablaron por sí solas:
- Crecimiento del 68% anual desde 2018.
- 214 millones de dólares en ingresos brutos en 2019.
- 68 millones de dólares en ingresos netos en 2021.
- Valoración de 1.450 millones de dólares en 2020 tras vender el 21% de Gymshark a General Atlantic.
Ese mismo año, ingresó a la lista de "30 menores de 30" de Forbes Europa, consolidándose como un referente del emprendimiento joven.
Si bien Gymshark ha crecido de manera impresionante, la marca aún está lejos de gigantes como Nike (47.000 millones en ventas anuales) o Lululemon (8.000 millones). Sin embargo, la compañía sigue innovando y expandiéndose.
Hoy, con apenas 30 años, Ben Francis posee un 70% de Gymshark, una participación valorada en 1200 millones de dólares, lo que lo convierte en uno de los multimillonarios más jóvenes del mundo.