La moto, como cualquier otra relación, necesita recibir cuidados y «mimos», a poder ser con cierta frecuencia. Es la mejor forma de que goce de una buena salud y esté siempre a disposición de su propietario. Ahí van 10 consejos básicos para conservar el buen aspecto y funcionamiento de tu moto: Limpieza Es importante intentar tener la moto siempre limpia y reluciente, la valorarás más, evitarás que algunos componentes se acaben deteriorando y no te cogerán por sorpresa posibles problemas como roturas, tornillería suelta, fugas de líquidos (aceite, refrigerante, frenos o gasolina) o puntos de óxido. Cadena Después de la limpieza, dedícale un momento a engrasarla, con un spray de grasa específica y con la moto subida al caballete (si sólo tiene pata lateral, moviéndola hacia delante y hacia atrás) rocía el lubricante sobre los eslabones. Hazlo por el interior y con un trapo por detrás de la cadena para evitar manchar otras partes de la moto. Posteriormente, comprueba la tensión de la cadena, siempre entre los valores recomendados por el fabricante. Aceites Realiza periódicamente una inspección visual de los niveles de aceite, refrigerante y líquido de frenos. Revisa si hay variaciones en el nivel del aceite motor, pues hay mecánicas que tienden a consumir más y otras menos. Conserva siempre una botella del aceite que lleves en el motor, a poder ser el mismo (marca, modelo y especificaciones técnicas). El aceite del cambio o del cardan no es tan fácil de revisar, así que solicita en el taller que te los revisen. Líquido de frenos Se ve en la ventanita de su depósito. Bajará un poco según se desgasten las pastillas, pero está pensado para que nunca llegue a su nivel mínimo. Si ves que baja mucho (con la moto completamente vertical), rellénalo por seguridad y acude al taller para que comprueben posibles fugas. Neumáticos Por supuesto, siempre con la presión adecuada. Con un manómetro en cualquier gasolinera podrás comprobar la presión, que debe ser siempre la recomendada en el libro de instrucciones de tu moto. Pintura Si detectas que una zona metálica pintada ha perdido su capa de pintura protectora, intenta pintarla con un pincel aunque sea un poco rudimentario: limpia la zona, elimina posible óxido con una lija fina, frota con disolvente o aguarrás para eliminar cualquier rastro aceitoso, y procede a pintar con el mismo tono la zona afectada. Tornillos Especial atención a si alguna pieza de la moto vibra o se mueve, pues seguramente haya que apretar algún tornillo, y esto puede afectar a la seguridad: quizás la moto ha perdido un sistema de sujeción. Si has perdido algún elemento de aspecto concreto o de medidas difíciles, lo mejor es acudir a un taller que trabaje la marca de tu moto. Si es algo más común, con acercarte a una ferretería será suficiente. Por cierto, el material de los tornillos debe ser acero, a poder ser inoxidable (nunca hierro). Mandos Los controles de la moto pueden estar sujetos a componentes que se desgastan, como los embragues o los frenos, y que pueden ir perdiendo el tacto con los kilómetros. Puedes ajustar los cables apretando sus tensores hasta que el juego libre de la maneta o del pedal sea mínimo, pero nunca lo dejes extremadamente ajustado como para que el juego sea cero (procura dejar un milímetro o dos). El caso del cable del acelerador es algo más complicado, así que mejor acude a un mecánico. Revisiones Sigue las instrucciones del plan de mantenimiento de la marca y confía en tu mecánico, él valorará las operaciones a realizar. Seguramente, si te quiere conservar como cliente, intentará ajustar los costes al mismo tiempo que el resultado sea satisfactorio. Aparcamiento Si quieres que tu moto tenga una buena salud y alargue su vida, invierte en una plaza de garaje cerrada y evita que duerma a la intemperie, en donde estará expuesta a lluvia, viento, suciedad, vandalismo, etc. Cuando la dejes aparcada en la calle intenta que el sitio te inspire confianza.
