Capturar la esencia de una pandemia: mirada al legado del fotoperiodismo español cinco años después de la COVID
El Archivo COVID que conserva la Universidad de Alcalá permite realizar un viaje introspectivo a través de más de 11.400 fotografías, 42 vídeos y 328 reportajes temáticos en toda España. "Quiso ser un archivo claro, conciso, honesto con lo que estaba pasando y muy respetuoso"
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“Visita a mi abuelo Miguel, de 90 años, durante el confinamiento que saluda a través del cristal del portal. El alto índice de personas mayores afectadas por la Covid-19 les obligó a un estricto aislamiento con la esperanza de evitar el contagio”. La imagen está captada en Huarte (Navarra), el 1 de abril de 2020 por el fotoperiodista Unai Beroiz.
En Guadalajara, un voluntario de Cruz Roja entra en un supermercado para ayudar con la compra a varias personas mayores y evitar que salgan de casa. Nacho Izquierdo Patiño capta el momento con su cámara, ese mismo mes de abril. España estaba confinada y lo seguiría estando durante algo más de tres meses.
Son solo dos de las 11.426 fotografías, 42 vídeos y 328 reportajes temáticos realizados por 456 autoras y autores durante la pandemia en nuestro país. Se conservan en el Archivo COVID que custodia desde 2021 la Universidad de Alcalá (UAH) a través del Aula de Fotografía de su Fundación General. Una “capsula del tiempo” que nos recuerda que todo puede ser relativo.
Por primera vez en la historia, la iniciativa agrupó a un numerosísimo grupo de profesionales del fotoperiodismo, el videoperiodismo, la fotografía y el vídeo documental que generó una memoria colectiva visual sobre esta crisis sanitaria que busca “contribuir al derecho a la información”.
Natalia Garcés es la directora del Aula de Fotografía de la Fundación General de la universidad alcalaína. “En 2020 era imposible acceder a lo que podríamos llamar 'zonas cero de la pandemia', pero todos estos profesionales lo llevan en la sangre y se pusieron a trabajar: en las calles vacías, siguiendo a un padre con alzhéimer, junto a una ONG y hasta retratando su propia vida personal”.
Eran fragmentos en imágenes de muchas vidas que el fotoperiodista madrileño Santi Palacios creyó que había que dar a conocer. “Fue el ideólogo de este proyecto para divulgar toda una memoria colectiva de aquello que estaba ocurriendo en todo el territorio español”. Quería servir como herramienta de reflexión, pero también “para no olvidar”, explica Natalia Garcés.
La pandemia tocó nuestras vidas, algunas las cambió para siempre. Muchas personas ya no están. Había que contarlo. “Quiso ser un archivo claro, conciso, honesto con lo que estaba pasando y muy respetuoso con todas las situaciones. Y no se trataba de mostrar solo calles vacías”.
Los recursos académicos pero también se buscó mecenazgo: Fuji Film, Mémora, DKV y otras diez pequeñas empresas se prestaron. Una convocatoria pública para los profesionales hizó el resto. Fueron centenares hasta junio de 2021. Aunque el proyecto tuvo que reabrirse después cuando llegaron las vacunas que nos permitieron respirar. También eso había que contarlo.
“Ha sido un hito importante en el fotoperiodismo, todos se unieron. Y sobre todo hay que destacar su gran generosidad de poner su trabajo a disposición, a pesar de ser un sector tan precarizado”, destaca Natalia Garcés.
En ocasiones con imágenes duras, durísimas. Vividas en primera persona o contadas en nombre de alguien. Infinitas emociones en un vídeo o en una fotografía. “Este no es un archivo de sanitarios, mascarillas o calles vacías, sino algo que pone de manifiesto problemas que veníamos acusando como sociedad. ¿Qué pasa con nuestros mayores? ¿Qué pasa con nuestro bienestar emocional? ¿Qué pasa con las colas del hambre? ¿Y con la brecha digital? Es que hubo gente que se quedó muy tocada”.
Pese a la amplísima mirada que nos ofrece este archivo, todavía quedan muchas cosas por contar. “Subyacen temas, algunas cosas que no han quedado cerradas, pero creo que queda bien reflejado hasta llegar a esa 'nueva normalidad' con el trabajo de todos y de todas”.
Han pasado cinco años, pero el Archivo COVID sigue “vivo”, con miles de visitas diarias. “Sé que es un dato técnico pero es que el tiempo de permanencia al principio en la web era de tres minutos y veinte segundos y hoy seguimos manteniendo casi los tres minutos de navegación”, presume Natalia Garcés. Es también una “gran plataforma” para los y las profesionales que seguirá custodiando la universidad, al menos, durante la próxima década.