El sector del automóvil atraviesa un momento delicado en España, pero también la economía de los ciudadanos. Igual que sucede en sectores como la construcción, el textil o el mercado de la vivienda, el mundo del motor sufre los efectos de una
crisis prolongada. El encarecimiento de los
costes de producción y una demanda que sigue sin despegar han puesto en jaque a los fabricantes. Comprar un coche nuevo hoy es, para muchas familias, poco menos que
un lujo fuera de su alcance.
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