Ferran Torres ya quiere ser delantero
Ferran Torres se crio siendo un extremo veloz y habilidoso en la cantera del Valencia, pero está haciendo carrera como delantero centro. Fue Guardiola el primero que lo puso en el centro del ataque y ahí es donde más lo utilizó Luis Enrique con la selección y es donde más juega en el Barcelona.
Llevaba desde septiembre sin jugar con la selección por culpa de una lesión, pero antes de incorporarse a esta concentración marcó dos goles en el Metropolitano contra el Atlético de Madrid. Pero antes ya se había ganado la confianza de De la Fuente, que cuenta con él como una de las posibilidades para jugar como delantero contra Países Bajos en la vuelta de los cuartos de final de la Liga de Naciones. «Claro que sí, tenemos también esa opción pero tenemos otros jugadores. Tenemos a Álvaro [Morata], a Samu [Omorodion], a Mikel Oyarzabal, a jugadores que pueden ocupar esa posición con diferentes características y registros, tenemos que ver el plan de juego para ver qué jugador necesitamos», asume el seleccionador nacional.
«Últimamente sí me he sentido más a gusto de nueve. Es la posición donde mejor me estoy sintiendo y no quita que también pueda jugar de extremo y creo que es buena esa polivalencia», reconoce. Con la selección ha marcado 21 goles en 48 partidos y quiere seguir sumando.
Ferran tiene que superar siempre las dudas. Antes porque era el novio de la hija de Luis Enrique, ahora porque no es titular en el Barcelona. Pero eso no le hace bajar su autoestima. «Yo me siento valorado mucho por mí mismo. Luego por los entrenadores que tengo, que me están dando la confianza y si no estaría aquí y Flick no me daría oportunidades para demostrarlo y me siento valorado», explica. Y cuando le preguntan por el ruido de fondo que puede haber por sus convocatorias, responde: «El runrún todos sabemos quién lo crea. Yo estoy tranquilo cuando vengo doy lo mejor y los números están ahí», dice.
Ferran quiere seguir creciendo y no se pone límites. «En mi cabeza estoy muy tranquilo. Soy un chaval que trabaja mucho, no me pongo un techo, sigo trabajando para ver hasta dónde puedo llegar. Siempre que tengo minutos los aprovecho, doy lo mejor de mí y a partir de ahí espero ganarme más minutos», asegura.
Él trabaja con lo que llama «la mentalidad del tiburón». «Forma parte del día a día. Significa que siempre vienen momentos complicados, momentos en los que no estás de la mejor manera y hay que seguir trabajando, mantener la línea para que no te afecte más de la cuenta. En el fútbol hay mucha presión, estamos expuestos al foco mediático, hay injusticias y tienes que mantener la distancia, mantener tu foco de trabajo y a partir de ahí todo llega», reconoce. Para él, además, este es un partido especial. «Ojalá poder jugar, poder marcar, poder clasificarnos y será la noche perfecta para mí», asume.