La asociación Automovilistas Europeos Asociados (AEA) ha revelado en su informe 2025 sobre el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) que existen grandes desigualdades fiscales dentro de la Comunidad de Madrid. El estudio revela que cinco millones y medio de automovilistas madrileños pagan anualmente más de 500 millones de euros en impuestos locales. Sin embargo, hay doce municipios que se han convertido en auténticos «paraísos fiscales» de la automoción por sus tarifas reducidas, donde este impuesto es hasta seis veces más barato que en la capital, con ahorros de hasta un 590 por ciento. Estos municipios son La Hiruela, Rozas de Puerto Real, Patones, Venturada, Navacerrada, Robledo de Chavela, Moralzarzal, Redueña, Collado Mediano, Brunete, Torrelaguna y Torremocha del Jarama. En estas localidades, un vehículo de tipo medio, por ejemplo, de 11 caballos de potencia fiscal, paga apenas 8,52 euros frente a los 59 euros que costaría en Madrid. Esta gran diferencia ha convertido a estos pequeños municipios en polos de atracción para flotas de vehículos de empresas de alquiler y renting, que han trasladado allí sus matriculaciones masivamente. Este impuesto fue creado en España hace treinta y cinco años y genera unos ingresos anuales de cerca de cuatro millones de euros a las haciendas locales. «Estamos ante auténticos paraísos fiscales del motor dentro de nuestra propia comunidad», afirma AEA. El caso más llamativo es el de La Hiruela, que con sólo 83 habitantes ha registrado 4.183 vehículos en el último año, 50 por habitante. La ley permite a cada ayuntamiento fijar libremente su tarifa dentro de unos márgenes. Y es esta facultad discrecional, indica AEA en su informe, lo que ha dado lugar a que se creen en España verdaderos «paraísos fiscales» en relación con el pago de este impuesto municipal. La asociación explica que el origen de este fenómeno de «los paraísos fiscales» se inició a raíz de la eliminación del indicativo provincial de las matrículas españolas, en septiembre del año 2000, lo que permitió a los propietarios de grandes flotas de vehículos destinados al alquiler de coches y al renting concentrar la matriculación de sus vehículos en municipios con una baja fiscalidad. Respecto de las diferencias existentes entre las capitales de provincia españolas, el mismo vehículo, con una potencia fiscal de 11 caballos, paga sólo 17,04 euros en Melilla, mientras que en San Sebastián cuesta 87,93 euros. Madrid se sitúa en el rango alto con 59 euros, y Barcelona incluso más con 68,15 euros. Esta disparidad sitúa a San Sebastián como una de las ciudades más caras para tener coche, junto a Vitoria, Bilbao, Gerona, Tarragona, Lleida, Salamanca, Valladolid, Huelva, Granada y Santander. En el extremo opuesto están las ciudades que AEA califica como «paraísos fiscales del motor», como Santa Cruz de Tenerife, Ceuta, Zamora, Palencia, Badajoz, Cáceres y Jaén, donde el IVTM se mantiene en rangos mucho más bajos. El informe también alerta sobre las diferencias en las tarifas aplicadas a motocicletas. Por ejemplo, una moto de 600 centímetros cúbico paga 15,15 euros en Melilla, pero 84,61 euros en Vitoria, lo que supone un incremento del 458 por ciento. Con esto, AEA plantea la necesidad de revisar el modelo fiscal actual para garantizar una mayor equidad territorial.