Aunque no lo parezca, no quedan muchas bandas como Morgan . Es de esos grupos que en la siembra valoran no solo lo que recogen, sino el tiempo de espera, de riego y de cuidado, porque después todo lo que venga (y les permita vivir de ello) será bueno. «Miro atrás y pienso: qué pasada. No me lo esperaba. Empezar un proyecto haciendo algo que te gusta y tener la fortuna de poder seguir haciéndolo tantos años después es una suerte. No quiero que se acabe, quiero que dure para siempre. Ahora solo pienso eso: qué pasada. Es un canteo, una locura», afirman entre risas, Nina de Juan, vocalista y letrista de Morgan. Sevilla bien lo sabe, pues la ciudad ha acogido a la banda madrileña en casi todos sus formatos: de festivales como el Pop CAAC a salas como la Custom. Ahora, con su cuarto disco ('Hotel Mortan', North Records, 2025) y envueltos en una gira por teatros, Morgan pasa este viernes 6 de junio por el Cartuja Center CITE para presentar las canciones de su último trabajo. Un álbum que llega tres años después del anterior y que, además de ser un reflejo de esos tiempos de siembra y espera que apenas se dan en la industria, es el primer paso en una senda luminosa y creativa que se abre hacia nuevos lugares para la banda. -Han pasado unos meses desde que salió el disco y empezásteis la gira, ¿cómo habéis vivido la recepción de estas nuevas canciones en directo? -Muy bien, deseando que llegue ya el viernes. -En este disco hay un nuevo cambio de sonido. ¿Ha habido cambio de directo? -No es lo mismo tocar en un festival, que hay poquito tiempo, que en una sala, y como esta gira iba a tener un primer tramo de teatros, lo pensamos todo en base a eso. Al formato en el que queríamos ir y en cada detalle que podíamos aprovechar de cada teatro. Salimos directamente desde el pasillo del teatro, y bueno, aprovechamos lo que nos aportan los teatros, para nosotros poder aportar al aforo. Está siendo emocionante, muy bonito, y creo que el público lo está recibiendo así. -Hay una sensación como de que 'Hotel Morgan' es una especie de punto de inflexión en el grupo, de algún modo. -De puertas para adentro, nosotros en el anterior disco ya quisimos hacer esto. Con los dos primeros discos nos hemos conocido como banda, nos hemos asentado, lo que hacemos y cómo nos reconocemos. Pero ya en el disco anterior y en este un poco más, hemos querido profundizar algunas cosas que no salen por inercia. Para ello hemos contado en la producción con Martín García por eso, para que nos enseñase otras maneras y nos llevase por otros sitios. Toda esta exploración se puede sentir en el disco, teniendo en cuenta que somos quienes somos y hacemos lo que hacemos, pero sí que creo que hemos explorado otros lugares que nos gusta haber conocido y seguiremos haciéndolo en los siguientes. -Hay un camino hacia otros lugares. -Exacto, más que un punto de inflexión es un paso adelante para nosotros que nos hacía mucha ilusión dar. Esa otra manera de hacer las cosas, grabar y cuidar cada elemento, antes éramos muy orgánicos y si fuera en directo mejor, y en este lo hemos hecho un poco más quirúrgico. Todos esos ingredientes se han añadido a lo que veníamos haciendo y le han quedado muy bien al disco. Si lo seguimos haciendo seguiremos descubriendo cosas nuevas. -¿Cómo ha sido lo de llevarlo al directo? Porque luego una canción no suena igual en disco que en el directo, hay cosas de tu propia canción que te sorprenden. -Sí, en el disco se han grabado cosas que al directo no llevas, o al revés, y eso es algo que nos ha gustado mucho siempre hacer. El directo es otra cosa y lo disfrutamos un montón. Preparando el concierto sí que pensábamos en los arreglos de voces, en cómo queríamos que sonase cada cosa. Personalmente lo que estoy sintiendo es que son muy potentes, me quedo vacía, canto como si fuese el último concierto, pero en este caso termino como si hubiera estado boxeando [risas]. Está siendo muy potente para mí, me estoy quedando muy a gusto [risas]. -Este disco tiene una introducción y un cierre claro. En la introducción se sigue un poco el hilo y la musicalidad de The River and The Stone. De hecho, 'Final' es la que tiene un corte diferente a las demás, esa conjunción de coros, esa batería… Hay un camino melódico ahí. -No se buscó adrede, pero sí que hay un camino, es el propio viaje que ha vivido el disco. Tienes una idea en la cabeza: quieres que haya una intro, luego un final, quieres decir algo para empezar y algo para terminar, pero luego pasan cosas mágicas como que el broche que le has puesto al final era mucho mejor de lo que imaginabas. Además, tocándolas en directo va adquiriendo más sentido todo. Es un proceso bastante mágico en el que el disco va creando su propio camino y contando su propia historia, es mejor de lo que te esperabas al principio. Es un punto de partida, sin olvidarte de lo de antes, pero queriendo ir a otro lugar. Ha quedado más optimista y luminoso de lo que iba a quedar, creía que iba a quedar más cerrado y contundente, pero no, ha quedado muy luminosos y optimista y estoy muy contenta de que ese concepto que teníamos en la cabeza se vaya enriqueciendo en el propio proceso. -Hay dos cuestiones también diferenciales en este disco: la primera es que hay casi una mitad de canciones en español. ¿Os habéis reconciliado un poco o ha salido de forma natural? -Bueno, enfado nunca ha habido [risas] -Claro, reconciliar igual no es la palabra [risas] -No, no, pero te entiendo, claro, no es que no quisiéramos sino que salían muchas menos cosas. La música que escuchaba y cantaba era en inglés y ahí me reconocía más, una contradicción porque mi lengua materna es el español. Pero a fuerza de en estas últimas giras, que afortunadamente hemos tocado un montón, y hemos tocado 'Sargento de hierro' y 'Volver', yo ya me reconozco también en el español igual que en el inglés. Inevitablemente la habilidad se desarrolla ha salido de forma natural tanto en inglés como en español. Pero, por ejemplo, con el disco anterior salió 'El recuerdo' y no salió nada más. ¡No sé en el futuro qué pasará! Al final, más que reconciliación, me reconozco más en español, que nunca había cantado tanto. -La segunda es que en 'Jon & Julia' canta Paco López, guitarrista, que da un paso al frente desde los coros en Morgan. ¿Cómo lleva Paco el cantarla en directo? ¿Ha cambiado de idea, se siente más cómodo o sigue igual de reticente? -¡No la estamos cantando en directo! Paco tiene una banda y canta como los ángeles, pero en Morgan hemos tardado cuatro discos [risas]. Como ahora hemos enfocado el repertorio de esta manera, en un futuro a mí sí me gustaría en los directos tocar esta canción y escucharlo a él cantarla porque le queda increíble, estoy deseando escucharle en directo. Creo que no tendría ningún problema, eh, pero es cuestión de que la pongamos en el repertorio y la escuchemos todos [ríe]. -Hay otra sorpresa en el disco: el primer blues de Morgan, 'Arena'. -Al final, el blues es algo que a nosotros nos gusta mucho y antes de Morgan Paco y yo ya lo hacíamos a guitarra y voz y nos salía natural. Salió primero la letra, a medida que iba escribiendo frases me di cuenta que encajaba en la estructura de un blues. Tuve mis dudas, igual era una idea un poquito peregrina hacer un blues en español, pero empecé a cantarlo y lo probé con Paco y dijimos: en caso de dejarla grabada molaría dejarla tal cual. Vestir un blues, en una banda que no es de blues, no es necesario. Nos gusta mucho y es un homenaje, pero es lo que nos sale tal cual y vamos a dejarlo, y en el directo es tal cual. Los teatros te permiten este tipo de cosillas y creo que al público le está gustando mucho. Se comenta mucho el tema en medio del disco, que refresca un poco la escucha también. -Además, justo por el tema de la producción es la única canción que se sale un poco de esa producción más meticulosa que comentaba antes. ¿Cómo ha sido ese proceso con el resto de canciones? -A mí personalmente me ha gustado vivirlo, he aprendido un montón sobre mí misma y mis resistencias y también sobre música, de los chicos y de Martín. Siempre que estás produciendo un disco es un proceso muy intenso y obsesivo de muchas horas. Una inversión de todo tipo en esa parte del proceso. -¿Y esa resistencia? -No es por nada [ríe], claro, pero lo he tenido que trabajar. Hay que pelear también por tus ideas, es un proceso un poco de negociación, pero hay que despojarse un poco de los prejuicios y es algo que he aprendido en este viaje y que me gustaría desarrollar a futuro. He aprendido un poco a intentar, porque soy muy cabezota, pero a intentar abrirme a esta nueva manera de grabar. Me cuesta mucho comprenderlo hasta que no lo escucho, trabajar de esta manera me ha supuesto un curro de aprender, de confiar, de ser paciente y de darme tiempo para entender qué está pasando. A veces no piensas que en lo que tú no has pensado no caes en que puede funcionar y muchas cosas de las que no entendía ahora me encantan. Ha sido un proceso muy enriquecedor. -Tanto Paco López como usted llevan canciones al estudio, ¿cómo encontráis el punto en común, tanto lírico como melódico? El hilo conductor, las temáticas, el ánimo del disco. Porque cada uno compone desde su vivencia personal. -Un poco las canciones nos lo dicen, por dónde quieren ir. Como los vestimos todos juntos, sonamos a lo que somos y tiene más coherencia a lo que la idea desnuda podría parecer. Nosotros en todos los discos hemos tratado los temas, no por separado, sino dándole lo que nos pide. Y luego hemos intentado con eso crear el viaje, siempre ha salido de manera natural y hemos dado en estas cuatro ocasiones con algo que nos ha dejado satisfechos, con un inicio y un final bien marcados. -Al final, hay el disco va contando su historia. -Intentamos darle muchas vueltas a qué sentido tiene, de hecho por eso se llama 'Hotel Morgan'. Quizás para nosotros estas canciones cuenten muchas más historias, como ramas de un árbol, no como en discos pasados que todo tenía mucha más coherencia, para mí personalmente. El hotel acoge a todas las canciones, aunque no tengan mucho que ver unas con otras, aunque no sean hermanas, y ves el viaje súper claro. Ha sido más ecléctica y el hotel viene a acogerlo todo y darle sentido. -Este disco se ha grabado en Noruega y, antes de hablar del viaje, ¿hay alguna canción que haya nacido allí o haya cambiado radicalmente a como fue concebida? -Se han terminado detalles, porque realmente nosotros viajamos en agosto y en julio hicimos la pre-producción y como teníamos 9 días en el estudio para un disco de 11 temas, llevábamos todo bastante pensado, pero hubo algunas cosas e instrumentos que había allí, algunos efectos que no contábamos con ellos y que se metieron en el último momento por aprovecharlo a nivel técnico. En el viaje a lo mejor alguna letra ha cambiado, hemos puesto algún broche a cosas, pero ya te digo, llevábamos el trabajo bastante avanzado para poder aprovechar bien las horas de estudio. -Para el grupo, grabar en Noruega ha sido algo más que una cuestión de elegir un estudio: un viaje, una experiencia, una convivencia de nueve días. ¿Con qué se queda del viaje? -Ha sido un aprendizaje. Creo que he crecido un poco más, en todos he aprendido algo, claro, pero en este he podido conocerme un poco más a mí misma, mis reticencias, los objetivos de futuro. Me llevo mucha foto mental de muchos momentos y recuerdos en los que pensaba: qué suerte tengo de poder estar haciendo esto.