Susana Díaz quiere nuevas elecciones: reclama un ‘no rotundo’ a Rajoy y rechaza el ‘aventurismo’ de un pacto con Podemos
Ante el grupo parlamentario socialista de la Cámara andaluza, Díaz ha señalado que, conforme a lo que marca nuestra democracia, al PP, como partido más votado, le corresponde evidentemente intentar formar gobierno, teniendo en cuenta la nueva realidad política de este país, mientras que el PSOE tiene que cumplir con su palabra con los ciudadanos, a los que se les dijo en campaña electoral que íbamos a rechazar las políticas de la derecha y, por tanto, "tenemos que votar rotundamente no a Rajoy y al PP en la sesión de investidura". La cuestión es que solo con la abstención del PSOE podría Rajoy formar Gobierno, aunque sea con un apoyo minoritario, y podrían los socialistas ejercer la oposición. Pero la presidenta andaluza no ha contemplado esas eventualidades.
Por ese mismo motivo, tampoco tienen mucha consistencia las reflexiones que ha hecho a continuación. A su juicio, el PSOE tiene que ser consciente de que ha sufrido un daño y que muchos ciudadanos le han retirado la confianza. Si se quiere revertir esa situación, hay que "sintonizar con la gente y con lo que nos demanda, haciendo un análisis y reflexión profunda" sobre la pérdida de apoyos y buscando recuperar la credibilidad. Según Susana Díaz, el partido tiene que tener calma y pensar que, a medio plazo, "somos la garantía de la estabilidad y de la gobernabilidad en España". Para recuperar la confianza mayoritaria de los ciudadanos, ha dicho, no se puede "entrar en la autocomplacencia, sino que hay analizar con frialdad y reflexionar sobre qué ha pasado y dónde nos han situado los ciudadanos".
En este punto, ha lanzado otro aviso al secretario general marcándole el rumbo que debe seguir: "Para recuperar esa credibilidad, no se nos puede ver como un partido que ande de aventuras ni de oportunismos, ni haciendo aventurismo político ni haciendo oportunismo". Y es que, durante su intervención, Díaz ha criticado especialmente la "prepotencia" del líder de Podemos, Pablo Iglesias, al hablar de que es "imprecindible reconocer un referéndum de autoderminación en Cataluña si queremos entendernos" y que, si no es así, no está dispuesto a acordar nada con los socialistas. Ante ello, ha querido dejar claro que los socialistas no han jugado nunca ni van a permitir que se "juegue con la unidad de España". En su opinión, Iglesias tiene que explicar por qué está poniendo eso sobre la mesa y ha considerado que ese dirigente ha preferido, "a cambio de un puñados de votos y de unos escaños más, renunciar a la defensa de la unidad de España, y de la convivencia y la igualdad de todos los españoles". Según Díaz, Iglesias ha dicho con claridad que "ya no hay café para todos, sino que ahora el café solo es para Ada Colau".
La dirigente andaluza no ha soportado nunca las ambigüedades de Podemos con respecto al desafío soberanista catalán, que ha rechazado siempre con una indudable rotundidad. Otros barones socialistas están de acuerdo con esa postura pero no son tan tajantes, como es el caso del extremeño Guillermo Fernández Vara, que opta por tender puentes. De hecho, este martes, en declaraciones a la Cadena Ser, ha abierto una vía para un improbable acuerdo con la formación de Pablo Iglesias. “Hay que intentar" formar gobierno si Podemos rectifica en su voluntad de un "estado plurinacional" y un referéndum en Cataluña, ha afirmado, e inmediatamente ha matizado que “otra cosa es que intentarlo significa que no podemos sobrepasar determinadas líneas que van contra la historia de nuestro partido y con lo que el PSOE representa en España”. Y ha rematado su argumentación considerando que “eso entra en la negociación”.
La 'imposible' alianza de la izquierda y las condiciones inasumibles de Podemos
Entre el análisis de Susana Díaz y el de Fernández Vara se sitúa el de otros dirigentes socialistas que piensan que Podemos está forzando la máquina para una nueva convocatoria electoral que piensa que le favorecería y ese sería el motivo por el que ha planteado una condición imposible de cumplir para el PSOE: la aceptación de un referéndum en Cataluña e, incluso, la constitucionalización del derecho a decidir mediante una reforma de la Carta Magna que permita su ejercicio en todos los territorios del Estado español. Es lo que vino a proponer el lunes Pablo Iglesias en la rueda de prensa en la que valoró los resultados electorales y en la que no se molestó en ocultar su complacencia ante la posibilidad de que no quede otro remedio que ir a unos nuevos comicios. Iglesias es el único líder al que le gusta esa solución, que no sería buena para ninguno de los demás.
Lo cierto es que aunque Podemos no hubiera puesto esa condición “irrenunciable” e “indispensable” para un pacto, el pacto de gobernabilidad con el PSOE también sería muy complicado, ya que se necesitaría la abstención de Ciudadanos y poner de acuerdo a un montón de fuerzas políticas con una pequeña representación parlamentaria. La opción de contar en ese galimatías con los independentistas catalanes ni siquiera se contempla. La propuesta de Mariano Rajoy de intentar formar un gobierno estable buscando los apoyos de los partidos que defienden la soberanía nacional solo sería viable, para algunos sectores del Partido Socialista, si el PP cambiara de candidato a la presidencia del Gobierno. Sin embargo, dirigentes como Díaz han dejado claro que el problema no es Rajoy, sino las políticas que ha llevado a cabo el Partido Popular.
Por si Pedro Sánchez pudiera albergar alguna duda sobre la conveniencia de acercarse a Podemos, el jefe de Campaña del partido y diputado electo, Íñigo Errejón, ha reconocido este martes que no le ve como el presidente de un Gobierno fruto de un pacto de izquierdas, y ha puesto sobre la mesa la posibilidad de pensar en "una figura independiente" que contente a todos los sectores. "No sé si veo yo mucho a Pedro Sánchez. Para alguna de las transformaciones importantes que necesita nuestro país, a lo mejor necesitamos pensar en figuras independientes", ha dicho y ha exigido al líder socialista que aclare su postura. Le ha pedido que diga si, más allá de rechazar la investidura del actual presidente en funciones y candidato del PP, Mariano Rajoy, va a presentar su candidatura porque “sería bueno lanzar un mensaje claro, si ha dicho que no va a votar a Rajoy, tiene que decir si va intentar alguna alternativa al Gobierno de Mariano Rajoy o si por el contrario va a seguir en esta especie de inercia desde que se produjeron las elecciones".
En esta situación, la posibilidad de que una personalidad independiente y externa al Parlamento -o bien un político del PP con larga trayectoria a la espalda y escasa carrera política por delante- se ponga al frente de un Gobierno más técnico que político, al estilo de Mario Monti en Italia, es una de las que están sobre la mesa. Si el PSOE persiste en su ‘no’ a la investidura de Rajoy, queda descartada la gran coalición pero también la alternativa de un Gobierno en minoría del PP, para lo que sería indispensable la abstención de Ciudadanos y de los socialistas. La gran alianza de la izquierda tampoco parece probable porque supondría la detonación controlada del Partido Socialista y Sánchez se enfrentaría con una fuerte resistencia de Podemos a apoyar su candidatura a La Moncloa. Así pues, si ninguna de estas opciones sale adelante, la única que queda es la de convocar nuevas elecciones, que es precisamente la que parece estar promocionando la presidenta de la Junta de Andalucía.
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