¿Realmente el ventilador solo mueve el aire caliente? Esto es lo que debes saber

Durante los meses más calurosos del año, muchas personas recurren al ventilador como solución rápida para combatir el calor. Sin embargo, una duda frecuente persiste: ¿realmente el ventilador solo mueve el aire caliente sin enfriar el ambiente? La respuesta es más compleja de lo que parece.

El principio básico: no enfría el aire, pero sí al cuerpo

A diferencia de los aires acondicionados, los ventiladores no reducen la temperatura del aire. Su funcionamiento se basa en la circulación del aire en movimiento. Este flujo ayuda a evaporar el sudor en la piel, lo que provoca una sensación de frescura, aunque el aire en sí siga siendo caliente.

Un ventilador no cambia la temperatura del entorno, pero puede hacer que percibamos hasta 4 o 5 grados menos, dependiendo de la velocidad del viento y la humedad.

¿Y si el aire es extremadamente caliente?

En situaciones de calor extremo, especialmente cuando la temperatura supera los 35 C y la humedad es alta, los ventiladores pueden ser contraproducentes. La Organización Mundial de la Salud advierte que en estas condiciones, el aire caliente en movimiento puede dificultar la disipación del calor corporal, aumentando el riesgo de golpe de calor.

Cómo sacar el máximo provecho del ventilador

Aunque no enfríen el aire, los ventiladores pueden ser grandes aliados si se utilizan de forma inteligente:

• Ventila estratégicamente: coloca el ventilador frente a una ventana por la noche para atraer el aire más fresco del exterior.
• Crea una corriente cruzada: abre ventanas opuestas y usa varios ventiladores para generar circulación.
• Añade un bol con hielo: al colocar hielo o botellas congeladas frente al ventilador, el aire que se mueve se siente más fresco temporalmente.

El ventilador no enfría el aire, pero sí puede enfriar tu cuerpo. No es la solución definitiva para olas de calor intensas, pero si se usa correctamente, puede marcar una gran diferencia en la sensación térmica. Lo importante es entender sus límites y combinarlo con otras estrategias para mantener un ambiente seguro y fresco en casa.