Falta un día para que, teóricamente, Daniel Arcuri Rivas , hijo menor de la pareja que formaron el italiano Francesco Arcuri y la granadina Juana Rivas , regrese a Italia con su padre, como se ha determinado por vía judicial. A contrarreloj se están produciendo en España movimientos encaminados a impedir esa marcha. A la petición de la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego , de que la Fiscalía General pusiera «en marcha todas las herramientas a su alcance para que se respeten los derechos de Daniel», quien le había escrito una carta, se suma la recogida de firmas, a través de la plataforma change.org, a favor de la permanencia del niño en España. La han secundado más de seis mil personas. El tercer paso lo ha dado Gabriel, hermano mayor de Daniel Arcuri Rivas. Tiene 18 años y ha pedido amparo al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno . Le dice que tanto él como su hermano han sufrido «violencia» cuando ambos vivían con su progenitor y le recuerda que Daniel sigue en España porque, en enero, una jueza de Granada lo decidió tras escuchar al menor. Entiende que eso debe hacerse ahora otra vez, sobre todo porque el menor habría sido «amenazado de muerte» por su padre si hablaba. Los abogados de Arcuri no se han quedado callados. El equipo que encabeza en España Enrique Zambrano ha respondido este lunes 21 de julio diciendo que es «absolutamente lamentable pretender como se pretende, por determinados entornos, deslegitimar a la Administración de Justicia, por la vía de la injuria directa, sin conocer los razonamientos» de las «decenas de resoluciones judiciales» que, tanto en España como en Italia, le han dado la razón a Arcuri en ocho años de litigio. «Pretenden hacer creer que lo blanco es negro. Por ejemplo, repetir el argumento de que el menor sea escuchado, cuando días antes de que fuera autorizado a viajar a España a ver a su madre, 6 de diciembre de 2024, la señora Rivas se negó en redondo a que el Tribunal de Cagliari le explorara largo y tendido. El pequeño, que sí fue escuchado por el juez, dijo lo mismo que ha venido diciendo durante los ocho años de procedimientos: que quiere ver a su madre y su hermano en vacaciones, pero vivir con su padre en Carloforte«. El equipo de abogados resalta que la granadina, como ya hizo en los años 2016 y 2017, « ha roto cualquier posibilidad de que el menor pudiera hablar con su padre, o con sus amigos de toda su vida, compañeros de colegio, equipo de fútbol, del cual es el líder... Ni una llamada, ni un mensaje. Nada, en un niño cuyos derechos se dice proteger«. «Tampoco cuenta -continúa- que no abonó ni un solo céntimo de euro de pensión alimenticia a sus dos hijos entre 2017 y 2022, pero sí regó al señor Arcuri con decenas de denuncias. Eso sí, siempre los lunes, cuando aparentemente aparecían de forma mágica los daños que venían sufriendo, según ella, los menores. Nunca los viernes, cuando ella los recogía«. Los abogados acusan a Juana Rivas de no tener memoria «para contar que esos niños han estado permanentemente monitorizados por orden judicial, de dos a tres veces por semana, por los Servicios Sociales de Carloforte (el pueblo donde reside): psicólogos, psiquiatras, educadores escolares, etc, visitaron el hogar del señor Arcuri y sus hijos, y determinaron con diversos informes el abuso emocional que mostraban los niños cuando volvían de pasar cada fin de semana con su madre. Algo que encaja, lamentablenente, con los detallados informes periciales de los procesos italianos, que determinaron que la señora Rivas tiene una personalidad absolutamente manipuladora, y que sólo le importa «su causa» y muy poco arrastrar a sus hijos a ella. Menciona también un «extenso informe» de la Fiscalía de Menores de Cagliari, promovido por el Ministerio de Justicia español, donde, «después de señalar a la madre como causante directa de daños psicológicos al menor de sus hijos, descarta que el niño pueda sufrir daño alguno por volver con su padre, e incluso se le propone apoyo neurológico para enfrentar las acciones de la madre y su entorno«. «No recuerda la señora Rivas, pero nosotros sí, que a finales de agosto de 2017, días antes de la entrega de los menores, también indujo, en este caso al hijo mayor, a redactar otra carta manuscrita, con casi los mismos argumentos con que ahora nos obsequia, y sobre los que el Tribunal de Cagliari le ha dicho a la Señora Rivas el 3 de enero, el 18 de febrero y el 7 de julio de 2025 que son producto de su manipulación sobre sus propios hijos. Como siempre«. Los letrados hacen referencia a la orden italiana del 12 de diciembre de 2024, por la cual se permitió al menor viajar a España por Navidad. «Ella no recuerda que incumplió todas y cada una de las condiciones que le impuso el juez. Que el menor pudiera hablar con su padre cada día (difícil si desde que se baja del avión se le retira su terminal telefónico). Que comunicara también con la mediadora judicial responsable de su bienestar (ni un solo día). La prohibición de que el menor pudiera ser explorado por psicólogos, trabajadores sociales, médicos, etc… El niño, como ha venido siendo habitual cada vez que visitaba a su madre, ha ido desfilando por las mismas profesionales que después nombra cuando relata, con pelos y señales, cómo intentan inducirle a inventar presuntos malos tratos de su padre«. Además de incidir en que Rivas «tiene antecedentes penales por sustracción de menores» y que salió de la cárcel «con un indulto condicionado a que en el periodo de cuatro años, en el que aún estamos, no delinquiera otra vez con el mismo tipo penal«, le emplaza a que se sitúe de nuevo en el año 2009 y cuente »que durante los hechos que tanto ha venido aprovechando, para presentarse como víctima de violencia de género, ella también tuvo medida de alejamiento respecto del señor Arcuri, porque éste mostraba hematomas y arañazos en distintas partes del cuerpo, producidas por la señora Rivas. Y que el señor Arcuri, en el acto de juicio, retiró la acusación contra ella, asumiendo la condena que se le impuso, con el único objetivo de poder ver a su hijo; que ella le hurtó, contra la orden judicial, durante aquel procedimiento. Una pena, por cierto, extinguida, cancelada. Él no tiene, después de aquello, ni una sola condena por ningún delito de índole familiar«. Finaliza su argumentación diciendo que en todos los procedimientos en que ha hablado de presuntos malos tratos, Rivas ha podido dar « más de 15 versiones distintas de los hechos. Desde que su hijos nunca habían sido maltratados o testigos de malos tratos, pasando por que el mayor la maltrataba a ella, copiando patrones del padre, o nombrando a numerosas personas como perfectos conocedores de las maldades del señor Arcuri respecto a ella, que después la desmienten uno a uno ante la autoridad judicial. Su conclusión es clara: varias decisiones judiciales ratifican que Francesco Arcuri debe tener la custodia de Daniel y que «ha llegado el momento de que se cumpla lo resuelto por los tribunales de Italia y España, que han articulado mecanismos eficaces para la protección del menor conforme al Derecho europeo«. Volviendo a Daniel, en su carta al presidente de la Junta le insta a ayudarle «para que mi hermano tenga una infancia feliz , la cual yo no he podido tener«. Y a actuar con urgencia, al entender que su hermano »ahora corre más peligro que nunca« y que ha sido amenazado por su padre: si habla, se irá con él a algún sitio donde nadie pueda encontrarlos. «Disponemos solamente de dos días para impedirlo», subraya. Y le recuerda que el Punto de Encuentro Familiar donde debe realizarse la entrega depende directamente de la Junta. «Por favor, haga lo posible antes de que sea demasiado tarde. Estoy desesperado y sé que usted nos va a ayudar», agrega.