Fallece el encargado de vigilar a la muñeca maldita Annabelle: este es el origen de una de las leyendas más perturbadoras del siglo XX
Fenómeno paranormal - Instalada en una urna fabricada a medida, siguió generando inquietud al aparecer fuera de su caja en diversas ocasiones, lo que llevó a los Warren a incorporar medidas adicionales como oraciones grabadas y rituales periódicos realizados por el propio Ed.
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Las vitrinas selladas, los carteles de advertencia y las oraciones talladas no impidieron que aumentara el miedo. El aspecto inofensivo de trapo, con su sonrisa cosida y ojos sin expresión, contrastaba con los relatos que la señalaban como causa de accidentes, heridas e incluso muertes. El objeto, asociado durante décadas a episodios de angustia, ha sido exhibido durante años con medidas extremas de seguridad. Al final de esa cadena de relatos está Annabelle, la muñeca más temida de la historia reciente del ocultismo.
Fabricada como una Raggedy Ann clásica de mediados del siglo XX, la muñeca fue entregada como regalo en 1970 a una joven enfermera llamada Donna. Aunque al principio la colocó como adorno, su compañera de piso pronto detectó movimientos extraños. Aparecía en habitaciones distintas a las que se la había dejado o con los brazos en posiciones nuevas. A eso se sumaron notas escritas a mano en papel de pergamino, un material que ninguna de las dos guardaba en casa.
La situación fue a peor cuando un amigo de ambas, llamado Lou, relató haber sentido arañazos en el pecho tras encontrarse con la muñeca boca abajo en el suelo. Según su testimonio, las marcas desaparecieron dos días después. También sintió que la muñeca intentaba estrangularlo mientras dormía, aunque acabaron dando por sentado que todo fue un sueño.
Alarmadas por los hechos y viendo que la cosa iba a más, las jóvenes recurrieron a una médium, que aseguró haber contactado con el espíritu de una niña llamada Annabelle Higgins, fallecida en el terreno donde ahora se levantaba el edificio. Tras escuchar que el espíritu buscaba afecto, las mujeres aceptaron su presencia dentro del juguete.
La investigación dio un giro con la intervención de Ed y Lorraine Warren
Poco después, las jóvenes contactaron con un sacerdote episcopal, el padre Hegan, que trasladó el caso a sus superiores. Fue entonces cuando intervinieron Ed y Lorraine Warren, investigadores paranormales conocidos por trabajar en incidentes relacionados con fuerzas inhumanas. Según su relato, el supuesto espíritu no correspondía a una niña fallecida, sino a una entidad demoníaca que utilizaba la muñeca como canal para llegar a las personas. En palabras de los propios Warren, recogidas en los archivos de su organización NESPR, “un espíritu inhumano puede vincularse a un objeto para manipularlo y generar la ilusión de vida con el fin de buscar un huésped humano”.
Una vez descartada la explicación benigna, el matrimonio solicitó la realización de un exorcismo en el apartamento. El encargado fue el padre Cooke, que, tras completar el ritual, permitió que los Warren se llevaran la muñeca. Lorraine explicó que evitaron conducir por la autopista de regreso a casa, pero que incluso por carreteras secundarias el coche sufrió repetidos fallos en los frenos hasta que Ed roció agua bendita sobre la muñeca.
La seguridad reforzada no impidió nuevos episodios extraños en su nueva ubicación
Ya en su residencia de Connecticut, colocaron a Annabelle en una vitrina fabricada especialmente para contenerla. A pesar de estar encerrada, según los Warren, la muñeca apareció varias veces fuera de su caja o cambió de posición. Para contrarrestar esos episodios, Ed incorporó oraciones grabadas y pronunciaba plegarias periódicas sobre la caja. En esa misma urna permanece hasta hoy.
Con el paso del tiempo, se sumaron relatos sobre visitantes que desafiaron la advertencia grabada en su vitrina. Uno de ellos, según explicó Tony Spera —yerno de los Warren y actual custodio de la muñeca al ser heredero de los investigadores—, se burló de la supuesta peligrosidad de Annabelle y falleció poco después en un accidente de moto. En declaraciones recogidas por el New Haven Register, Spera ha afirmado que “es el objeto más peligroso del museo”.
Aunque la veracidad de muchos de estos relatos ha sido puesta en duda por investigadores escépticos, Annabelle ha quedado como ejemplo de hasta dónde puede llegar una historia basada en objetos comunes asociados a experiencias inexplicables. La muñeca sigue guardada bajo llave, sin contacto directo con el público, pero con un historial de episodios que han traspasado el ámbito del ocultismo para formar parte de la cultura popular.
La muerte del nuevo custodio vuelve a poner la atención sobre la muñeca
En los últimos meses, la figura encargada de custodiar y trasladar la muñeca en exposiciones itinerantes ha sido Dan Rivera, investigador principal de NESPR y responsable de la gira Devils on the Run. Según confirmó la organización el lunes 14 de julio, Rivera fue hallado sin vida en su habitación de hotel en Pensilvania el día anterior, mientras participaba en una de las etapas del recorrido. No se sabe todavía el motivo de su fallecimiento, pero todos los ojos están puestos en la muñeca Annabelle, que según las primeras pesquisas no estaba en la habitación y, por lo tanto, no tendría nada que ver.