Una NASA cultural en lo amazónico-andino, por Mirko Lauer
El tema de lo autóctono ha venido evolucionando en nuestra literatura. El cambio comenzó con la incorporación de la injusticia social a novelas y cuentos, en el paso del siglo XIX al XX. Desde entonces, ocupó el centro de esa narrativa la penosa vida de los campesinos peruanos, a menudo vista desde una casi insalvable distancia cultural.
Dos momentos importantes en la evolución: a. los textos de José María Arguedas, escritos “desde adentro” y que cuesta trabajo llamar indigenistas, y b. la novela País de Jauja (1993) de Edgardo Rivera Martínez, donde por primera vez una clase media ilustrada compite con lo autóctono (en este caso jaujino) por la relevancia en lo cultural andino.
Desde Rivera, a lo largo de medio siglo, numerosas obras menores se han dedicado a explorar la modernidad y hacer comprensible para los citadinos una cultura indígena migrada, que se venía urbanizando por los bordes. Sin embargo, las explosivas transformaciones han sido todas material de la antropología, no de las letras.
Ahora estamos viendo un salto cuántico en el panorama de la puesta al día literaria de lo autóctono. La batalla de Guayatacocha (Lima, Planeta, 2025) presenta un reino amazónico-andino salvado de los efectos de conquista, colonia y república, que da el salto que lo convierte en un pequeño Estado woke moderno, en pos de la independencia.
El británico Nicholas Asheshov, su autor, tiene una larga trayectoria en el Perú, así como una gran confianza en las virtudes de la educación superior de nivel mundial. Con mucho ingenio y un poquito de ayuda de fuera, los personajes indígenas del matriarcado Lupaca se enfrentan de igual a igual con el Estado peruano, en algo que termina como un empate.
Guayatacocha es un ejemplo de guerra desigual, donde los formalmente más débiles tienen una gran capacidad para desplazar sus fichas, en este caso una corte con títulos de Oxford o Stanford, sobre el tablero internacional. En términos de una imaginación orientada hacia una identidad de lo peruano, es un libro como no se ha escrito antes en el país.
Con su mezcla de experiencia periodística, antropología aplicada, ciencia ficción controlada y genuino afecto por mujeres y hombres de lo amazónico-andino (donde él vive), esta novela es poco menos que obligatoria para entender hasta dónde ha llegado el indigenismo narrativo del siglo XIX. Asheshov ha instalado una NASA cultural en ese territorio.