Lo echaron tras descubrir secretos en el Vaticano y ahora pide hablar con León XIV: ‘A Francisco le ocultaron la verdad’
Libero Milone, exrevisor general del Vaticano, insiste en ser escuchado por el papa León XIV tras años de conflicto judicial. Asegura que su despido, ocurrido en junio de 2017, obedeció a presiones de un grupo de poder interno que oculta irregularidades financieras en la Santa Sede. En su opinión, ese mismo grupo también le habría ocultado información clave al papa Francisco.
Milone se reunió el miércoles con varios periodistas en el despacho de su abogado en Roma. La cita ocurrió una semana después de que la corte de Apelación del Vaticano rechazó por segunda vez su demanda de indemnización, tras alegar que su caso no procedía contra la Secretaría de Estado, sino contra dos exfuncionarios que lo obligaron a dimitir.
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El contador de 76 años, con amplia experiencia internacional en empresas como Deloitte, Fiat y Telecom, fue nombrado en 2015 por Francisco como el primer revisor general del Vaticano. Su misión era garantizar la transparencia financiera. Sin embargo, cuando empezó a detectar anomalías, según afirma, fue bloqueado, amenazado y finalmente obligado a renunciar por el cardenal Angelo Becciu y el entonces jefe de la Gendarmería, Domenico Giani.
Milone relató que su oficina fue intervenida y que su computadora fue manipulada sin autorización poco después de asumir funciones. Según declaró: “Siempre es normal que haya resistencia cuando uno rompe el statu quo”. Indicó también que las cuentas del Vaticano carecían de controles básicos y que predominaba una “deliberada desorganización”.
Comparó la situación con Rebelión en la granja, la novela de George Orwell, y afirmó que en el Vaticano prevalecen el poder, la avaricia y la corrupción. Señaló que junto al cardenal George Pell, también removido de su cargo, comenzaron a detectar fondos ocultos, inversiones cuestionables en el extranjero y mecanismos financieros opacos.
Aseguró que reportó al menos quince irregularidades a las autoridades competentes del Vaticano, pero no se tomaron acciones. El cardenal Becciu fue condenado por corrupción en diciembre de 2023.
En su defensa, Milone sostuvo: “Yo no soy una espía, sino un revisor que lo único que hizo fue hacer su trabajo, bien”. Acusó al sistema judicial vaticano de haber desestimado su demanda con argumentos que calificó como absurdos. La corte le indicó que el reclamo no debía ir contra la Secretaría de Estado sino contra Becciu y Giani como “actores privados”.
Su abogado, Giovanni Merla, criticó que la Corte de Apelación les prohibiera presentar parte de sus pruebas y testigos, lo que redujo a la mitad su capacidad de defensa.
Recordó que la legislación vaticana permite al Papa intervenir en cualquier etapa del proceso judicial. Considera que sería oportuno que León XIV designe a un jurista externo o un árbitro que analice el caso de forma imparcial.
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Milone afirmó que antes de recurrir a los tribunales, buscó un acuerdo extrajudicial en al menos quince reuniones con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado. Estos encuentros, realizados en un convento y no en el Vaticano, no lograron resultados.
Ahora prepara la presentación de su caso ante la Corte de Casación del Vaticano, la última instancia judicial. Pese a su escepticismo, confía en obtener una audiencia con León XIV, su última esperanza de justicia y de alertar al nuevo pontífice sobre los grupos de poder que aún controlan los hilos financieros de la Santa Sede.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.