A lo largo de este sábado, al menos medio millón de jóvenes, entre los que hay 30.000 españoles, han recorrido a pie bajo un sol abrasador los 5 kilómetros que separan la última estación de metro de Roma y la explanada de Tor Vergata, para participar en el evento central del Jubileo Mundial de Jóvenes . Se trata de una vigilia de oración durante la que el Papa responderá a preguntas de jóvenes de diferentes continentes. Al verles reír, lanzarse a conocer a chicos y chicas de otros países y rezar, puede parecer que llegar hasta aquí es una hazaña sencilla, pero se trata sólo de una apariencia. Las puertas se han abierto a las 9 de la mañana, y a las 12.30 la impresión era que ya habían entrado cientos de miles. No hay lugares reservados, y unos coreanos han conseguido los mejores sitios. Luego, han abierto sus paraguas para protegerse del sol. Cargan con voluminosas mochilas en las que llevan lo necesario para pasar la noche al raso en este enorme campus romano que durante estas 24 horas se transformar en una ciudad a cielo abierto con su propio servicio recogida de basuras policía y baños. El camión de bomberos circula, pero en vez de apagar fuegos, riega a los participantes para evitar insolaciones. Fernanda, de Jerez, no acusa el cansancio a pesar de que ha llegado este sábado a Tor Vergata directamente desde Florencia. «No estoy muy cansada. He metido en la mochila para esta noche un cojín, el saco de dormir, la esterilla, agua, una sudadera, pañuelos, toallitas, el peine. Lo normal», dice a ABC. «Venimos a ser peregrinos, no con espíritu de queja sino a disfrutar de la Iglesia universal y a disfrutar de este evento», explica un sacerdote español, Luis, que viaja desde Astorga acompañando a un grupo de estudiantes. «Todo perfecto», añade quitándole importancia. Pasa al lado un grupo de estudiantes de Derecho que vienen de Montilla, (Córdoba), y que antes de llegar a Roma han hecho paradas en Barcelona, Génova y Asís. Una de ellas, Marta, de detiene a mirar a su alrededor y comenta que con tanta gente diferente se ve «lo grande que es la Iglesia». «Ayer estábamos con unos de Canadá, y hoy con otros de muchísimos otros sitios». A Alejandro le hace «ilusión» ver esta noche al Papa, pues «para un católico es el vicario de Cristo. Además ha sido recién elegido y es una novedad verlo». Antonio José tiene experiencia en estos eventos y está convencido de que León XIV «va a evocar algo por la paz del mundo y por la unidad de todos los jóvenes de la Iglesia, yo creo que por ahí nos va a tirar seguro». «Pero vamos, diga lo que diga, bueno será», recoge Miguel. Rosa, religiosa mercedaria de Linares que vive en Granada, guía a un grupo de 18 personas, cada una de un país diferente. «Son por lo menos de España, Angola, Perú, Paraguay, Brasil, Argentina, India y Filipinas. Durante el año, cada uno estamos en nuestros lugares, pero en ocasiones como estas es como que juntos nos damos más fuerza», explica. «Hemos ido preparando a los jóvenes para que vivan esta nueva oportunidad para su fe», asegura. Pamela ha viajado a Roma desde República Dominicana y lleva dos años ahorrando para pagarse el billete. Dice que viene sin expectativas porque quiere «dejarse sorprender» por lo que diga el Papa. «Al Papa le pediría que sea un 'apoyador', aunque no sé si existe esa palabra: que nos apoye, que quiera a los jóvenes, que nos abra la puerta», dice. En Tor Vergata, Italia ha desplegado a 20.000 operativos de las fuerzas del orden que están asegurando la tranquilidad del evento. También, para evitar sustos, allí hay diez zonas hospitalizadas, 43 ambulancias y tres pistas para helicópteros. Este sábado por la mañana, León XIV se ha reunido con un grupo de chicos y chicas de Egipto que han viajado para la JMJ, pero que están de luto pues una joven que iba con ellos ha fallecido en Roma a causa de un infarto . «El Santo Padre ha recibido con profundo dolor la noticia del repentino fallecimiento de Pascale Rafic, de 18 años», aseguró el portavoz de la Santa Sede. El Papa ha contactado a la familia de la joven y se ha reunido con sus compañeros para «rezar por ella y consolarles, pues están aún conmocionados por el doloroso suceso». Por otro lado, el Papa ha saludado también en el Vaticano a los artistas que actuarán durante el encuentro y en un discurso improvisado ha adelantado las cuestiones que abordará. «¡Hay más de medio millón, dicen, quizá un millón de jóvenes que han venido de tantos países del mundo!», ha dicho sorprendido. «Para mí es un privilegio, es una bendición poder participar en esta misión, en este servicio, como obispo de Roma, como Santo Padre, conociendo sobre todo la fe, el entusiasmo y la alegría que compartimos», les ha dicho. «Pido a Dios que os bendiga y os ayude a acompañar a estos jóvenes que necesitan tanto encontrar la verdadera alegría, la verdadera felicidad, que todos encontramos en Jesucristo», les ha despedido. Quedan muchas horas hasta que León llegue a Tor Vergata. Mientras tanto, «la Juventud del Papa» va tomando posiciones. Le esperarán mirando hacia un escenario de mil metros cuadrados, donde León XIV tendrá como «teloneros» a los jóvenes españoles del grupo musical Hakuna y a Sergio Bernal, primer bailarín del Ballet Nacional de España. Se han instalado 179 pantallas gigantes de vídeo y 2.000 altavoces para que no pierdan detalle. Pero estos jóvenes saben que el espectáculo no estará en el escenario sino a su alrededor.