La joven ucraniana Valeria Mazur, de 18 años, pronunciará este martes el pregón de las fiestas de San Salvador en el municipio zamorano de Tardobispo. «Les hablaré sobre la huella que han dejado en mi corazón», reconoció a Ical la pregonera, quien pronunciará un discurso inaugural de los festejos repleto de agradecimiento, casi cuatro años después de dejar atrás la guerra en su país e iniciar una nueva vida en su localidad de acogida. Valeria es la única joven que alcanza la mayoría de edad este año en Tardobispo y, por lo tanto, será la encargada de ofrecer el llamado Pregón de los Quintos, encomendado a quienes alcanzan la edad adulta. «Les voy a agradecer por todas las cosas que han hecho por mí desde que me han acogido y por cómo me han ayudado en estos cuatro años para adaptarme», indicó en este sentido. La joven reside con sus padres y sus hermanos en el municipio desde los 14 años , momento en que dio inicio la invasión de su país por parte del ejército ruso, dando origen a un conflicto bélico que aún no ha tocado a su fin. Sobre su llegada, cuenta que recaló en Tardobispo tras pasar una primera semana en la capital de Zamora antes de ser reubicada junto a su familia a apenas ocho kilómetros de distancia. Durante estos cuatro años, Valeria ha sido capaz de integrarse, a pesar de una timidez que le impide socializar del todo, y agradece lo que, en su nueva casa, han hecho por ella. «Ha sido una adaptación muy positiva. Me han ayudado muchísimo y lo estoy pasando muy bien, porque la gente es muy buena aquí en el pueblo. Es lo que más se siente, que la gente te quiere acoger de verdad », reflexionó. Todo ello, después de verse obligada a abandonar todo aquello que conocía a causa de una guerra que ni le va ni le viene. «Es complicado. Es dejar toda tu vida atrás. Sobre todo, psicológicamente. Has vivido tus 14 años ahí, en tu país y, de repente, tienes que salir a otro país, donde no conoces el idioma, ni el país en general. Es complicado, de verdad», recalcó. A los responsables de esta situación, «no tendría nada que decirles, directamente les echaría». «Están quitando la vida a la gente como nosotros, a la gente normal. Y la gente rica no se mete en esas cosas, desde luego. Si un hijo de un político se fuera a la guerra, pues la guerra se hubiera acabado», lamentó la joven ucraniana. En cualquier caso, agradece la acogida en España y valora la integración en sociedad, más allá de ciertos debates sobre movimientos migratorios. «Hay cosas que dicen algunos políticos que no te sientan tan bien, como inmigrante, pero intento pasar de esas cosas porque sabes que la causa por la que viniste no es tu culpa, simplemente », manifestó la joven Valeria que, tras la cita de mañana, tiene «ganas de pasarlo bien» durante las fiestas de San Salvador.