Un nuevo libro amenaza con la tranquilidad de la Familia Real británica. 'Entitled: el ascenso y la caída de la Casa de York', la biografía no autorizada escrita por el historiador Andrew Lownie, revela nuevas acusaciones que podrían suponer un golpe irreversible a la imagen del Príncipe Andrés . Entre ellas, que Jeffrey Epstein habría compartido los secretos más comprometedores del hijo de Isabel II con servicios de inteligencia de países como Israel, Arabia Saudí y Libia. El texto, que saldrá a la luz el próximo 14 de agosto, nace de una investigación de cuatro años y cuenta con más de cien entrevistas a personas del entorno más cercano del duque de York, y describe con detalle la supuesta relación del hermano de Carlos III con redes de explotación sexual de menores, así como su implicación en fiestas organizadas por Esptein en distintas partes del mundo. En declaraciones con 'The Times', Lownie explicó que parte de esta información está basada en un documental del periodista canadiense Ian Halperin, en el que varios integrantes del entorno de Andrés confirman que Epstein «vendió sus secretos al Mosad, a los servicios de inteligencia saudíes y a agentes libios bajo el mando del coronel Gadafi». Además, el historiador sostiene que el duque de York fue víctima de manipulación por parte de Epstein, quien habría utilizado su influencia en la monarquía como moneda de cambio en sus contactos con potencias extranjeras. Lo nuevo de este libro es que, a comparación de otras investigaciones, es la primera vez que se plantea que la vulnerabilidad del Príncipe Andrés fue explotada con fines geopolíticos por agentes que buscaban información confidencial desde dentro de la realeza británica. Uno de los testimonios más explícitos del libro es el de Ivan Novikov, quien fue chófer del príncipe durante varios años y presenció personalmente sus encuentros con mujeres muy jóvenes. «Siempre que Andrés estaba allí, recogía a chicas jóvenes que eran, en esencia, prostitutas. Una vez, llevé a dos chicas jóvenes, de unos 18 años, a un hotel. Ambas esnifaban cocaína , y el Príncipe Andrés entonces las besaba », asegura en el libro. El exchofer también señala que Ghislaine Maxwell, condenada a 20 años de prisión por su papel en la red de Epstein, era quien le proporcionaba al príncipe los contactos: «Andrés ojeaba y seleccionaba a las mujeres como si las estuviera pidiendo por catálogo ». Lownie también incluye un testimonio inédito de Virginia Giuffre, la mujer que acusó al duque de York de abusar sexualmente de ella cuando era menor de edad. En un pasaje recogido en el libro, y cuya veracidad ha sido ampliamente discutida tras su fallecimiento el pasado mes de abril, Giuffre afirma: «Epstein, Andy (el príncipe), otras ocho jóvenes y yo tuvimos relaciones sexuales. Todas éramos menores de 18 años. (...) Mientras se suponía que debíamos besarnos y tocarnos , Jeffrey y el Príncipe se reían. Luego se desnudaron». El libro también detalla los supuestos fetiches sexuales del Príncipe Andrés. Una de las doncellas que trabajaban en la isla privada de Epstein, Little Saint James, relata que el exmarido de Sarah Ferguson tenía objetos íntimos en su habitación, entre ellos medias, zapatos de tacón y ropa interior femenina de distintas tallas. Según la empleada, la habitación de Andrés era «una cápsula privada» que contrastaba con el resto del complejo. «Parecía que tenía todo tipo de fetiches. Simplemente no esperabas ese tipo de comportamiento de alguien que parecía el Príncipe Azul cuando lo conociste por primera vez», declara. Según fuentes citadas en el libro, la acumulación de escándalos relacionados con el Príncipe Andrés, desde su acuerdo millonario con Giuffre para evitar un juicio hasta sus visitas repetidas a propiedades de Epstein, ha puesto en jaque la credibilidad de la institución. «Si alguna vez se revela la verdad incondicional, creo que el público británico intentará destituir a la Familia Real», declara uno de los exempleados del palacio. Para Lownie, el silencio institucional ya no es una opción: «El futuro de la monarquía británica dependerá de su capacidad para enfrentar este pasado, sin importar cuán destructivo pueda ser».