El incremento de las propinas desconcierta a los estadounidenses
FIRMAS PRESS.- Un creciente número de norteamericanos opina que la costumbre de la propina en Estados Unidos se ha hecho excesiva. Piensan que, encima, se ha extendido a situaciones donde antes ese gesto no se esperaba.
Según un reciente sondeo de WalletHub, la plataforma gratuita de finanzas personales, casi nueve de cada 10 estadounidenses creen que el fenómeno de las propinas se ha descontrolado. Señalan que se les pide que dejen propina con más frecuencia que en el pasado, incluso en locales como lavanderías y hasta cuando van a un establecimiento a recoger comida ordenada para llevar.
Los nuevos equipos de pagos digitales han propiciado este incremento de las propinas, y suelen tener el efecto de generar una presión social para que el cliente sea generoso, sencillamente porque el empleado le pone delante al cliente una pantalla que muestra una sugerencia de propina. En esa situación, para muchos clientes no dejar ninguna gratificación puede resultar embarazoso.
Pero las pantallas también pueden tener un efecto contraproducente: tres de cada diez personas indican que dan menos propina cuando, a la hora de pagar la cuenta, les presentan uno de esos equipos nuevos.
En general, actualmente se espera que los comensales en un restaurante den una propina no inferior al 18 por ciento de la cuenta, y la sugerencia llega hasta el 22 por ciento. Hace unos años, lo esperado era el 15 por ciento.
La imposición y el aumento de las propinas tiene que ver con el hecho de que muchos empleados del sector servicios no ganan un sueldo suficiente para cubrir el costo de la vida, y dependen de las propinas para redondear sus ingresos. Un gran número de personas considera que los empresarios deberían pagar a sus empleados un sueldo digno, en lugar de usar las propinas de los clientes como una excusa para no subirles el salario.
John Kiernan, editor de WalletHub, afirmó que “la mayoría de la gente quiere ser generosa, pero no quiere ser empujada u obligada a ser generosa en todo momento… También hay que recordar que el dinero es escaso para la mayoría de nosotros… No tener suficiente dinero para llegar a fin de mes pone un límite natural a la capacidad de la gente para dar propinas… Lo que la gente realmente quiere es que las empresas paguen a su propio personal, en lugar de pasar la pelota a los clientes”.
Mientras en Estados Unidos crece el desconcierto ante la extensión descontrolada de las propinas, en lugares como el sur de Europa el panorama es muy distinto. En países como España, Portugal, Italia y Grecia, los cargos por servicio están en muchos casos incluidos en la factura, y los trabajadores suelen ganar un salario digno, lo que significa que las propinas no son esenciales para su sustento. En esas naciones, dejar el cambio como propina o redondear la cuenta es común, y en los restaurantes de lujo, una propina entre el 5 y el 10 por ciento se considera generosa.
Entretanto, la gran mayoría de los estadounidenses percibe con malestar que la costumbre de las propinas se esté extendiendo más allá de lo aceptable, máxime porque, cada vez más, parece una exigencia. La solución sería elevar los salarios en el sector servicios para que los empleados no tengan que depender de la benevolencia de clientes asediados por el alto costo de la vida. ¿Estarían los empleadores dispuestos a asumir ese gasto? Temo saber cuál es la respuesta.
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Andrés Hernández Alende es un escritor y periodista radicado en Miami. Sus novelas más recientes son ‘El ocaso’ y ‘La espada macedonia‘, publicadas por Mundiediciones.