Trump mueve la Fed y rompe récords con sus aranceles: ¿por qué importa a tu bolsillo?
El nombre de Donald Trump vuelve a marcar el ritmo de los mercados globales. Esta semana, el candidato preferido para la re-elección dio un paso clave: adelantó que elegirá al nuevo presidente de la Reserva Federal (Fed). Sí, la entidad que decide las tasas de interés más importantes del planeta.
Mientras tanto, los ingresos de EE.UU. por aranceles están rompiendo todos los récords. Solo en julio recaudaron 29.600 millones de dólares. Y si la tendencia sigue, para fin de año ese monto superará lo recaudado por el impuesto a las grandes empresas. Así de fuerte es el giro proteccionista de Washington.
¿Por qué importa quién maneje la Fed?
La Fed es el “banco central” de EE.UU., pero sus decisiones afectan al mundo entero. Si baja las tasas, el dólar se debilita, los capitales buscan mercados emergentes (como Perú) y se reaviva el crédito. Si las sube o se demora en bajarlas, lo contrario: se enfría la economía, sube el costo del dinero y baja el apetito por riesgo.
Trump quiere poner a alguien de su confianza. Uno de los favoritos es Kevin Hassett, exasesor económico suyo. Si logra control sobre la Fed, podría forzar bajas de tasas más rápidas. El problema es que el mercado laboral aún no muestra tanto deterioro como para justificar un recorte inmediato. Así que, por ahora, los analistas como Felipe Mendoza apuestan a que recién en octubre podría haber una baja.
Aranceles: el impuesto que no se ve, pero sí se siente
El otro gran frente es el comercial. Trump ha esperado a ganar las elecciones para actuar: los aranceles que impuso ya están generando una lluvia de dólares para el Tesoro. En solo tres meses, EE.UU. recaudó más de 78.000 millones por este concepto, algo nunca visto.
Lo curioso es que, aunque las empresas reportan que los aranceles están encareciendo materias primas y retrasando proyectos, los consumidores todavía no lo sienten tanto, al menos en indicadores como el ISM de servicios. Pero ojo: esa “tolerancia” tiene un límite. Si suben más los aranceles (como amenaza Trump con los farmacéuticos o al petróleo ruso), el impacto en precios sí podría escalar.
Wall Street: ganancias fuertes, pero con alerta encendida
En paralelo, las grandes empresas de EE.UU. siguen mostrando músculo. Uber, McDonald’s y Disney superaron expectativas de ingresos. También hubo récord en recompra de acciones por parte de las propias firmas: 166.000 millones de dólares en julio, el mayor monto en la historia.
Sin embargo, Felipe Mendoza, analista de mercados financieros ATFX LATAM, advierte para La República que el mercado está caro. El S&P 500 —el principal índice de Wall Street— se acerca a su valoración más alta en cuatro años. Y aunque hay señales de amplitud (más acciones subiendo que bajando), también hay riesgo de corrección técnica si los flujos de inversión sistemática (como los CTAs) giran hacia la venta.
Goldman Sachs ya proyecta que esta semana podría haber ventas por hasta 20.000 millones en acciones, sobre todo en Europa.
¿Qué tiene que ver China, los chips y el Perú?
Mientras tanto, China sigue en el radar por varias razones: su industria de semiconductores está intentando consolidarse, pero enfrenta trabas legales y técnicas; sus bancos están en modo apurado para emitir bonos antes de cambios fiscales; y, en EE.UU., fueron arrestados dos ciudadanos chinos por exportar chips de Nvidia sin licencia, lo que vuelve a tensar el frente tecnológico.
Aunque parezcan temas lejanos, estos choques geoeconómicos afectan la cadena global de suministros, el precio del dólar, el apetito por materias primas —como el cobre peruano— y el costo del financiamiento internacional.
¿Qué se espera para lo que queda del año?
Todo dependerá del "timing" de la Fed y de qué tan lejos llegue Trump con su estrategia arancelaria. Por ahora, casas de inversión como HSBC y Oppenheimer ven posible que el S&P 500 llegue a los 7.000 puntos si se mantiene el impulso actual, con apoyo de la inteligencia artificial y la estabilidad política.
Pero hay riesgos importantes:
- Una corrección técnica si los fondos automatizados deciden vender.
- Una escalada arancelaria con China, India o Europa.
- Una desaceleración más rápida de lo previsto en Alemania.
Aunque muchos de estos movimientos parezcan propios de traders en Manhattan, su impacto se cuela hasta la economía peruana: desde el tipo de cambio y el costo del crédito, hasta el precio del cobre, los alimentos importados y la inflación.
Por eso, lo que haga Trump —con la Fed o con los aranceles— no es solo una jugada política. Es parte del nuevo ajedrez económico global, en el que todos, incluso sin querer, estamos jugando.