El Ayuntamiento de Barcelona compra una finca en Gràcia que era una herencia no reclamada y llevaba años ocupada
El edificio, que cuenta con 11 viviendas, se ha adquirido en subasta judicial por un precio de 1,08 millones de euros
Cuando son las administraciones las que compran pisos para uso social: Catalunya suma más de 7.000 en una década
El Ayuntamiento de Barcelona ha comprado, mediante el derecho de tanteo y retracto, la finca situada en la calle Alió, 21 en el distrito de Gràcia. Se trata de un edificio en el que hay 11 pisos que serán destinados a la bolsa de vivienda pública.
Esta adquisición da algo de aire a uno de los distritos con menor número de pisos protegidos. “Es una zona con mucha necesidad de vivienda pública y con pocas posibilidades de construir”, ha explicado la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet.
La compra pone fin a un proceso largo que se inició hace ahora algo más de un año y que ha acabado con la primera compra por tanteo y retracto hecha en una subasta judicial. El propietario de la finca en cuestión murió hace cosa de una década y nadie llegó a reclamar nunca la herencia, puesto que sobre ella todavía pesaba una deuda.
Así, los 11 pisos fueron ocupados hace ahora ocho años y por ellos han ido pasado diversas personas. Los vecinos nunca reportaron problemas de convivencia hasta el verano pasado. Los comerciantes y personas que vivían cerca de la fina se llegaron a manifestar y a pedir al Ayuntamiento que echara a los ocupantes del edificio.
Fue entonces cuando el consistorio realizó una inspección de la finca que constató que esta no estaba en las condiciones adecuadas y la declaró como infravivienda, ya que suponía “riesgos para la seguridad e integridad” de los habitantes. Eso pudo permitió al Ayuntamiento desalojar el inmueble el pasado diciembre.
Fue entonces, con la finca ya vacía, que el consistorio inició los trámites para ejercer el derecho de tanteo y retracto. El Pleno Municipal aprobó la compra y reservó 1,09 millones del presupuesto municipal a ese efecto. El problema es que realizó el pago fuera del plazo establecido por los juzgados y, por tanto, la finca fue adjudicada a favor de una tercera entidad que se había mostrado interesada.
En ese momento, el Ayuntamiento interpuso ante el juez dos recursos de reposición y se acabó reconociendo el derecho del consistorio a ejercer el tanteo y retracto. Así, finalmente se ha podido adquirir el inmueble durante la subasta judicial. “Es una operación única”, ha reconocido Laia Bonet, que ha considerado que esta compra abre la puerta a que el Ayuntamiento adquiera no sólo aquellos inmuebles que están a la venta en el mercado tradicional, tal como se había hecho hasta ahora, sino también aquellos que se ponen a subasta.
Además, el Ayuntamiento está trabajando en una nueva ordenanza reguladora del tanteo y retracto, que fue aprobada inicialmente el mes de marzo y que priorizará la compra de fincas con más de diez viviendas, pisos vacíos o habitados por personas vulnerables o edificios en zonas en riesgo de gentrificación.
La compra del edificio de Alió 21, finalmente, ha sido por 1.088.000 euros, un 20% por debajo del valor de mercado según el consistorio, a los que hay que sumar 1.076.677 euros en trabajos de rehabilitación. El Ayuntamiento todavía no ha comunicado cuándo empezarán las obras ni cuándo se prevé que los pisos se puedan poner a sorteo.