La leyenda del acueducto de Segovia que puedes encontrar en una escultura de sus calles
Descubre la historia que inspiró la escultura del diablillo de Segovia y su relación con el icónico Acueducto
El acueducto romano más grande de España no está en Segovia
El Acueducto de Segovia es uno de los monumentos más emblemáticos de España y una de las maravillas de la ingeniería romana, pero ¿sabías que detrás de su construcción se esconde una fascinante leyenda que le da un giro inesperado a la historia? En las calles de Segovia, una escultura rinde homenaje a esta leyenda, en la que el diablo juega un papel clave en la construcción de la famosa estructura.
La leyenda del Acueducto: un trato con el diablo
Según la leyenda popular, la creación del Acueducto no fue obra de los romanos, sino de un ser mucho más temido: el diablo. La historia comienza con una joven aguadora que, cansada de arrastrar su pesado cántaro por las empinadas calles de la ciudad, decide hacer un trato con el maligno.
El diablo le ofrece la oportunidad de construir el Acueducto, llevando el agua hasta la puerta de su casa, a cambio de su alma. El truco estaba en que la joven debía confiar en que el trabajo se realizaría antes de que el gallo cantara por la mañana.
Con la presión de perder su alma, la joven comenzó a rezar con fervor. Mientras tanto, una tormenta violenta se desató y el diablo trabajaba sin descanso para cumplir con su parte del trato. Sin embargo, justo cuando el gallo cantó, se dio cuenta de que había dejado una piedra sin colocar. En ese preciso momento, perdió el alma de la aguadora.
En un último intento de redención, la joven confesó su culpa ante los segovianos, quienes, al limpiar los arcos con agua bendita, aceptaron la historia de la construcción del Acueducto y su nuevo perfil en la ciudad.
La escultura del diablillo en Segovia
Hoy en día, la escultura del diablillo de Segovia rinde homenaje a esta curiosa leyenda. Creada por el artista José Antonio Abella, esta escultura representa al diablo derrotado, sosteniendo el último sillar del Acueducto que no pudo colocar antes del amanecer. El diablo, aparentemente avergonzado, se hace un “selfie” con su obra inacabada, una metáfora irónica de su fracaso.
Ubicada en la calle San Juan, desde donde se puede disfrutar de una de las mejores panorámicas del Acueducto, la escultura nos recuerda cómo un relato popular ha perdurado en la memoria colectiva de Segovia. Los agujeros que aún se pueden ver en algunas de las piedras del Acueducto, según cuenta la leyenda, son las huellas de las pezuñas del diablo, un rastro de su presencia en la ciudad.
El Acueducto y su leyenda inmortalizada
El Acueducto de Segovia es mucho más que una obra maestra de la ingeniería romana; su historia está marcada por mitos, leyendas y tradiciones que han ido pasando de generación en generación. La escultura del diablillo, ubicada en uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad, sigue alimentando la fascinación por este majestuoso monumento, un recordatorio de cómo la tradición popular se une a la historia para crear una identidad única.