Alaska será el escenario de un cara a cara histórico entre Trump y Putin sobre una guerra que también impacta a Costa Rica
Este viernes, Alaska será el punto de encuentro para una cumbre histórica entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin.
Tras seis años sin un encuentro directo, ambos discutirán de forma frontal la guerra en Ucrania, un conflicto cuyas repercusiones se extienden más allá de Europa y alcanzan incluso a Costa Rica.
Para comprender la magnitud de este conflicto y qué puede esperarse de un encuentro en el que no participará el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, La Nación conversó con Luis Diego Segura, académico de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA).
Segura profundizó en los orígenes de la guerra, evaluó las previsiones ante la cumbre y explicó por qué Costa Rica también percibe sus efectos.
Origen del conflicto: una disputa territorial
Segura explicó que el conflicto se remonta al acercamiento de Ucrania a la Unión Europea (UE) entre 2010 y 2014, bajo la presidencia de Víktor Yanukóvich, quien mantenía una orientación prorrusa.
En medio de ese proceso, Yanukóvich decidió abandonar la asociación con la UE siguiendo órdenes del Kremlin, lo que provocó protestas masivas que culminaron con su destitución y el ascenso de Petró Poroshenko en 2014.
El mandato de Poroshenko, sin embargo, estuvo marcado por escándalos de corrupción y nepotismo, lo que amplió el descontento popular. En las elecciones de 2019 fue derrotado por Zelenski con menos del 23% de los votos.
Con este nuevo gobierno, Rusia intensificó su apoyo e incursión en las regiones de Donetsk y Lugansk (el Donbás), de mayoría rusohablante. Allí se detectó un notable despliegue de armamento ruso, lo que derivó en el asedio de Kiev y la ocupación de territorios al norte del país, consolidando el control geográfico que Moscú mantiene hoy.
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Rusia ha justificado la invasión alegando el acercamiento de Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), alianza militar creada en 1949 e integrada por países de Europa y Norteamérica.
Tras el fin de la Guerra Fría, el bloque se expandió hacia Europa central, el Báltico y el Mar Negro, incluyendo a Ucrania.
Según el Kremlin, esa expansión deja a Rusia vulnerable frente a potencias rivales.
“La argumentación ideológica es que la OTAN está rodeando a Rusia y, entonces, si Rusia pierde a Ucrania y este país entra directamente en la OTAN, esto va a suponer un grave riesgo a la seguridad de Rusia”, explicó Segura.
Desde el 24 de febrero de 2022, Moscú emprendió una ofensiva a gran escala en Donbás, Zaporiyia, Jersón y Crimea. Entre las consecuencias, Rusia sufrió el congelamiento de $300.000 millones del Banco Central ruso en bancos occidentales, fondos que se debate destinar a la defensa y reconstrucción de Ucrania.
Rusia exige que Ucrania ceda cuatro regiones parcialmente ocupadas (Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón), además de Crimea, anexionada en 2014, y que renuncie al suministro de armas occidentales y a su deseo de adhesión a la OTAN.
Para Kiev, estas exigencias son inaceptables.
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¿Qué significa la postura de Trump?
Segura señaló que la postura de Donald Trump en el conflicto entre Rusia y Ucrania se ha distinguido por una marcada flexibilidad hacia Moscú, en particular hacia Vladimir Putin, y, en contraste, por una posición mucho más dura frente a Kiev.
“Hay un posicionamiento que es parte de que, si Rusia pide territorios, hay que dárselos, pero si Ucrania pide garantías de seguridad, no se las podemos dar. Esto hace que sea muy difícil para Ucrania pensar que la cumbre va a generar un acuerdo lo suficientemente interesante para que ellos puedan aprobarlo”, señaló Segura.
“Realmente aquí la comunidad académica es muy escéptica de que lo que vaya a suceder derive en una serie de principios lo suficientemente balanceados para que podamos pensar en una tregua o una paz rápida o pronta”, agregó.
El académico indicó que existe una baja probabilidad de que Zelenski acepte ceder a Rusia las regiones ucranianas en disputa, ya que ello constituiría una clara violación del Derecho Internacional, el cual prohíbe a los Estados apropiarse por la fuerza de territorios vecinos.
Según explicó Segura, una acción de este tipo legitimaría que cualquier país pudiera invadir y anexar tierras a su antojo.
“Empezar a aceptar, utilizando el conflicto o la fuerza armada, que un Estado más grande pueda tomar territorios de otro Estado es volver a abrir las puertas de los que fue el siglo 19 y el siglo 20, que nos llevó a las grandes guerras mundiales”, afirmó Segura.
“Soy el presidente, y no va a jugar conmigo”, declaró Trump. “Sabré en los primeros dos minutos, tres minutos, cuatro minutos o cinco minutos (...) si vamos a tener una buena reunión o una mala”, añadió.
“Si es una mala reunión, terminará muy rápido, y si es una buena reunión, vamos a terminar logrando la paz en un futuro bastante cercano”, aseguró Trump, quien calcula que la cumbre tiene un “25%” de probabilidades de fracasar.
Kiev y sus aliados europeos temen que Trump y Putin comiencen a redibujar el mapa de Ucrania el viernes sin el visto bueno del presidente ucraniano Volodimir Zelenski.
Pese a desarrollarse en otro continente, la guerra entre Rusia y Ucrania tuvo repercusiones que alcanzaron a Costa Rica. Segura señaló que una de las primeras consecuencias fue el incremento en los precios de los alimentos, en particular de los granos básicos, así como de productos de la industria metalúrgica.
“Tanto Ucrania como Rusia, pero sobre todo Ucrania en alimentos, son grandes exportadores a mercados del sur, como África y Asia. Entonces, solo la acción de invasión y que muchos de estos productos no se pudieran producir ni exportar por el conflicto, influyó en la inflación que tuvimos en el 2022 y 2023″, explicó.
Además del impacto económico para los costarricenses, Segura advirtió sobre una preocupación de mayor alcance para el país: la forma en que el conflicto podría influir en la percepción de Costa Rica dentro de la comunidad internacional al ser un país sin ejército en un mundo que permita la apropiación de territorios de estados ajenos.
El académico enfatizó que Costa Rica debe redoblar sus esfuerzos diplomáticos para garantizar que el Derecho Internacional y el sistema representado por las Naciones Unidas no pierdan vigencia ni relevancia.