Aranceles aceleran precios al productor en EU durante julio
Las políticas arancelarias implementadas por Estados Unidos comenzaron a reflejar sus repercusiones en la economía de ese país, al ubicar la inflación mayorista en su punto más alto en tres años, lo que revela que las presiones se están intensificando y podrían generar cautela por parte de la Reserva Federal para su reunión de septiembre.
Los datos registrados por la Oficina de Estadísticas Laborales determinaron que el Índice de Precios al Productor (IPP) aumentó 0.9 por ciento respecto al mes previo, tratándose de su variación más alta desde junio del 2022.
A tasa anual, el indicador se ubicó en 3.3 por ciento, por arriba del 2.4 por ciento del mes previo, lo que fue su mayor nivel desde febrero de este año.
El informe indica que las empresas están ajustando los precios de sus bienes y servicios para ayudar a compensar los costos asociados al aumento de los aranceles estadounidenses, a pesar del debilitamiento de la demanda en la primera mitad del año.
De manera desagregada, el índice refleja que las presiones provinieron principalmente del costo de los servicios, que en términos mensuales subieron 1.1 por ciento, el mayor aumento desde marzo del 2022, mientras que en alimentos el aumento fue de 1.4 por ciento, la mayor alza en cinco meses.
Pegan aranceles
Ben Meyers, economista sénior de Nationwide, señaló que, si bien las empresas han asumido la mayoría de los aumentos de los costos arancelarios hasta ahora, los márgenes se ven cada vez más reducidos por los mayores costos de los bienes importados.
“Prevemos una mayor transferencia de impuestos a los precios al consumidor en los próximos meses, y es probable que la inflación aumente ligeramente durante el segundo semestre de 2025”, anticipó el especialista.
Matthew Martin, economista sénior para Estados Unidos de Oxford Economics, señaló que, si bien parte del aumento general en los precios al productor se concentró en componentes volátiles como los servicios comerciales, los precios básicos aumentaron un 0.6 por ciento, su ritmo más rápido desde marzo de 2022.
“Los bienes expuestos a aranceles están aumentando a un ritmo rápido, lo que indica que la voluntad y la capacidad de las empresas para absorber los costos arancelarios pueden estar disminuyendo”, afirmó.
Humberto Calzada, economista en jefe de Rankia LATAM, indicó que la mayor alza en los precios al productor proviene del fuerte aumento en los bienes y servicios, y hay un efecto en el que también los insumos de las empresas comienzan a aumentar y repercuten en esos precios.
Consideró que la política arancelaria de Trump ha sido clave para observar mayores presiones en la inflación de los Estados Unidos y puede seguir con esta tendencia al menos este año.
Decisión de la Fed
Bajo un contexto de presiones inflacionarias persistentes, las especulaciones de un menor apretamiento monetario por parte de la Reserva Federal aún se siguen ajustando.
“Después de una serie de datos que apuntan a mayores probabilidades de un recorte de tasas en septiembre, la gran sorpresa alcista en los precios al productor resalta el dilema que enfrenta la Fed al juzgar los riesgos de su doble mandato”, señaló Martin.
Para Cameron Crise, estratega de macro en Bloomberg, los datos del IPP justifican ampliamente la preocupación del presidente de la Fed, Jerome Powell, de que los aranceles provoquen un repunte de la inflación a finales de verano y durante el cuarto trimestre.
Víctor Gómez Ayala, director de análisis económico en Finamex, dijo que, si bien el dato de inflación al consumidor reforzó las expectativas de un recorte de tasas, el dato de inflación al productor cambió el tono. “Esto redujo la probabilidad del recorte en octubre y prácticamente eliminó la posibilidad de un movimiento más agresivo en septiembre”.
Para James Salazar, subdirector de análisis económico en CIBanco, los modifican las perspectivas monetarias, ya que había un optimismo exagerado, e incluso había sobre la mesa recortes de hasta 50 puntos. “El panorama es muy incierto todavía, la Fed no tiene prisa porque hay demasiados riesgos que tarde o temprano pueden incidir en las expectativas de inflación y eso es algo que el banco central no quiere que pase”.
Con información de Bloomberg.