Si hay un alimento que triunfa allá donde vaya y en todas sus formas, ese es la patata . A los múltiples usos que le podemos dar a este tubérculo, que se emplea tanto de plato principal como de acompañamiento, se suman también los beneficios que nos aporta su consumo. Y es que, según los expertos, nos deja numerosas vitaminas y minerales como el potasio, magnesio, manganeso, fósforo, niacina y folato, así como saciedad y una mejora visible en las digestiones . No obstante, a pesar de todas las propiedades beneficiosas que tiene y de que es uno de los alimentos más consumidos en el mundo, lo cierto es que son muchos los que han demonizado este producto en los últimos años. El motivo que alegan muchos de estos para renegar de ellas es su gran aporte calórico , hasta el punto de que muchos han vertido el mito de que «las patatas engordan» . Lo cierto es que este tubérculo no es el culpable de ello, sino el método de cocción que se elige para ello. Por supuesto, freírlas en aceite, como se hace en muchos hogares, es algo que aumenta considerablemente su contenido de grasas, haciendo que una ración pueda contener entre 300 y 400 calorías frente a las poco más de 100 de una patata hervida . Además, puede llegar a producir subidas de azúcar en sangre . A pesar de esta realidad, existen algunos trucos para evitar que el aporte calórico sea tan alto y que se den estos picos de glucosa. Así lo ha contado todo un experto en la materia, el nutricionista Luis Alberto Zamora , que ha revelado ciertos secretos que nos pueden ayudar a la hora de comer patatas y hacer que este plato sea más saludable. Durante su sección en el programa 'Y ahora Sonsoles', el especialista en alimentación saludable ha recalcado una vez más que el método de cocción que se emplea es clave. « Depende de cómo la cocines, cambia totalmente su perfil nutricional », ha explicado a sus compañeros, mostrando que unos 100 gramos de patatas fritas equivalen a más de 520 calorías, frente a 73 si son cocidas. « Las patatas fritas tienen tres veces más hidratos de carbono y el doble de grasa porque lo concentras. Una patata cocida tiene 0,10–0,11 g de grasa», ha explicado Zamora, que recomienda incluir más la versión cocida o asada. El nutricionista ha hablado también de las subidas de azúcar en sangre que las patatas pueden provocar si se consume en grandes cantidades y de cómo podemos evitar que esto suceda. «Es verdad que tiene hidratos de carbono y que los picos de azúcar los da más la patata frita que a lo mejor otras, pero hay truquitos», ha contado en su aparición en el programa de Antena 3. Lo que debemos hacer, antes de consumirla, es enfriar la patata cocida . «Una vez que la hemos cocido, lo que podemos hacer, una vez calentita, es pasarla por agua fría », ha mostrado el especialista en alimentación. Haciendo esto, explica, podemos conseguir almidón resistente : «Cambia la estructura, ya no se absorbe tanto, pasa al intestino, se convierte en un prebiótico y no da esos picos de azúcar». Una vez hecho esto, podremos comerla fría o volver a calentarla. La otra clave para evitar estas subidas glucémicas es acompañarlas siempre de alimentos que cuenten con mucha fibra , como vegetales o legumbres. « Hace como una red de pescar, envuelve los hidratos y los libera más lento », ha contado Luis Zamora. Además, sumarla a algunas grasas saludables , como el aceite de oliva o el aguacate, o proteínas como pollo también ayuda a que este pico de azúcar no se dé. También podemos «añadirle vinagre o zumo de limón» que, según algunos estudios, «parece que disminuye un poquito» el pico de azúcar.