Un nuevo atentado en La Libertad debe prevenirse
La reciente explosión ocurrida en una calle trujillana es una fotografía nítida de una ciudad que se ha convertido en laboratorio de la violencia. Tres heridos, veinte viviendas dañadas y decenas de familias en zozobra son solo la última consecuencia de una disputa abierta entre bandas que operan con la familiaridad con la que antes lo hacía el comercio formal.
Tras la tragedia, las autoridades repiten el libreto de siempre: promesas de ayuda económica, visitas protocolares y fotografías para redes sociales.
Sin embargo, mientras la política se mantiene en solo administrar las consecuencias, las causas continúan intactas. Un sistema judicial saturado y vulnerable a la corrupción, una policía mal equipada y mal pagada, y un Estado que ha cedido el control territorial de varios barrios a las mafias son algunas de ellas.
La pasividad con la que tanto el Gobierno Regional de La Libertad, liderado por César Acuña, como la propia presidenta de la República, Dina Boluarte, parecen tolerar esta violencia.
Y es que no es un fenómeno nuevo. Basta recordar lo ocurrido en la provincia de Pataz, donde bandas armadas ligadas a la minería ilegal asesinaron a policías, y sitiaron localidades durante semanas, mientras la respuesta estatal fue tardía y muy desorganizada.
Trujillo, como diversas otras ciudades del país, no necesitan más paliativos momentáneos. Al contrario, precisa de un plan integral que debilite las redes del crimen y que devuelva al menos un mínimo de confianza en las instituciones a los ciudadanos. Y ello, sin apoyo a la investigación criminal robusta, la inteligencia policial sostenida y reformas que debiliten esas instituciones, serán solo funcionales a lo que verdaderamente afecta a los peruanos.
En este contexto, la criminalidad en La Libertad también se erige en prueba ineludible para todo aspirante a representación en los próximos comicios. Los ciudadanos no pueden seguir viviendo en la resignación de la próxima tragedia, por lo que un nuevo atentado en La Libertad debe prevenirse pronto.