Sandro Rosell, ex presidente del
FC Barcelona, compareció ante la jueza
Alejandra Gil, encargada de la instrucción del '
caso Negreira', con contundencia y argumentos sólidos a la hora de defender su inocencia. El ex mandatario culé basó su declaración, y por ende su defensa, principalmente en la carga de la prueba, esgrimiendo que el caso debería archivarse por existir pruebas concluyentes en favor de los acusados, y no por falta de pruebas, práctica habitual en la justicia española. Desarrolló que la práctica de la prueba está localizada y es aplicable: analizar todos los partidos uno a uno (con cinco peritos arbitrales acreditados) y determinar en qué encuentro, en qué jugada, en que momento se ganó un partido gracias a una actuación arbitral. Como no encontrarán ninguno, argumentó
Rosell, el archivo de la causa por corrupción en el deporte debería producirse por pruebas concluyentes a favor de los acusados.
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