El futuro de Bolivia en juego: inflación y escasez a un mes de las elecciones presidenciales que marcaría el fin político de Evo Morales
El domingo 19 de octubre, Bolivia vivirá una segunda vuelta electoral decisiva, en la que los ciudadanos elegirán a su próximo presidente entre Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y Jorge ‘Tuto’ Quiroga, de Alianza Libre. La jornada marcará el fin del Movimiento Al Socialismo (MAS) tras permanecer dos décadas en el poder.
El contexto económico añade presión al escenario electoral. En los últimos meses, los hogares y las empresas han enfrentado una creciente inflación que ha encarecido la canasta básica y ha elevado costos de producción. A ello se suma la escasez de dólares, que complica las importaciones y alimenta la incertidumbre en el mercado cambiario.
La falta de combustible complementa el cuadro de dificultades: los cortes en el abastecimiento de gasolina y diésel han impactado el transporte, encarecido los fletes y provocado interrupciones en cadenas de suministro. Con este telón de fondo, la segunda vuelta no solo definirá un liderazgo político, sino también la hoja de ruta para estabilizar la economía y atender las urgencias de la población.
Las propuestas de Jorge ‘Tuto’ Quiroga y Rodrigo Paz para enfrentar la crisis en Bolivia
El periodista Álvaro Montoya, ex fact checker en Chequea Bolivia, señaló que las propuestas de Jorge Quiroga serían las más adecuadas para abordar los problemas más urgentes de Bolivia. Según él, las ideas de Rodrigo Paz son menos claras y, en algunos casos, generan controversia. Por otro lado, Fabiola Chambi, periodista y editora de la iniciativa periodística CONNECTAS, calificó el plan de gobierno del candidato por el Partido Demócrata Cristiano (PDC) como "básico".
Para combatir la inflación, Quiroga (Alianza Libre) propone un plan que le permitiría obtener 12.000 millones de dólares de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el objetivo de estabilizar la economía del país hasta finales de este año. Además, "ha prometido eliminar gradualmente la subvención de los combustibles", señaló Montoya.
En tanto, Rodrigo Paz (PDC) propone el plan 50/50, que busca "repartir los recursos nacionales de manera equitativa entre el gobierno central y los gobiernos subnacionales", comentó Chambi. De esta manera, su objetivo es descentralizar tanto el poder como los ingresos, fortaleciendo las gobernaciones, municipios y universidades.
Respecto a la escasez de combustible, Quiroga propone mantener la subvención solo para el transporte público, mientras que el resto de los consumidores pagará el precio de mercado. En contraste, Paz Pereira ha prometido que, desde el 9 de noviembre, un día después de la transición de gobierno, todos los bolivianos tendrán acceso al combustible.
La creciente polarización en Bolivia antes de la segunda vuelta electoral
Fabiola Chambi sostuvo que la polarización en Bolivia se ha intensificado en los últimos años, aunque ahora ha adoptado un enfoque más ideológico que emocional. "Ya no es tanto un asunto de derechas o de izquierdas, sino que existe una polarización de agresividad, de señalamiento, de acusación enfocada en el desprestigio de los candidatos".
Álvaro Montoya resaltó la necesidad de buscar consensos para evitar la incesante polarización. A su juicio, la derecha debe dejar de pretender borrar los logros del Movimiento al Socialismo (MAS) para "poder llegar al voto popular", mientras que la izquierda tiene que dejar de lado sus prejuicios hacia el empresariado privado y buscar fomentar el diálogo.
Cabe señalar que tanto 'Tuto' Quiroga como su contrincante, Paz Pereira, han denunciado una guerra sucia en redes sociales, con ataques a sus propuestas y perfiles políticos, además de cuentas de desinformación activas de un bando contra el otro.
La caída del MAS y el fin político de Evo Morales
Muchos de los votantes de la primera vuelta electoral en Bolivia solo habían conocido al MAS como el partido gobernante. Sin embargo, ahora se presenta un escenario en el que es posible una política más plural y con diferentes matices. Independientemente de quién resulte vencedor en la segunda vuelta, la izquierda ya no contará con la hegemonía que mantuvo desde el año 2005. Este cambio también podría marcar el fin de la carrera política de Evo Morales.
El periodista Álvaro Montoya aseveró que, en las últimas elecciones, Morales adoptó la postura del "si no soy yo (el líder de izquierda), no lo será nadie". Esto quedó en evidencia en las últimas elecciones con su falta de apoyo hacia el candidato izquierdista Andrónico Rodríguez, quien había emergido como un líder joven e indígena y con experiencia como presidente del Senado. Aunque el expresidente tuvo la oportunidad de apoyarlo, "prefirió promover el voto nulo", recordó el comunicador.
Si bien las últimas elecciones fueron un golpe duro para Morales, la periodista Fabiola Chambi no se atreve a decir que su carrera esté completamente terminada. "Sin embargo, si no resuelve sus temas pendientes con la justicia y con el nuevo gobierno que entre, va a tener muy difícil que él escale en la esfera política", opinó.
También mencionó que exmandatario se mantiene activo a través de la radio Kawsachun Coca, ubicada en la ciudad de Cochabamba, donde ofrece su discurso político. Desde ese lugar, Morales se encuentra resguardado y protegido por sus propios seguidores sin que la justicia pueda acceder, al menos, con una orden de aprehensión activa.
La percepción de la población boliviana sobre el gobierno de Luis Arce a poco de la segunda vuelta electoral
Tanto Luis Arce como Evo Morales han intentado culpar a otros actores, incluidos los gobiernos de transición y la derecha, de la crisis económica actual. Sin embargo, el periodista Álvaro Montoya señaló que desde 2014 Bolivia ha sufrido un déficit fiscal, y las reservas del Banco Central, que llegaron a 15.000 millones de dólares, comenzaron a agotarse durante el gobierno de Morales, cuando precisamente Arce era ministro de economía.
Fabiola Chambi, por su lado, señaló que hay algunos rankings en Bolivia que han indicado que la aprobación del gobierno de Luis Arce es menor que el de la presidenta Dina Boluarte. Esta situación ha generado una notable pérdida de respaldo, pues incluso algunos senadores y altos funcionarios de su propio partido, que antes lo apoyaban, ahora se han vuelto en su contra.
Esto, según Chambi, refleja un entorno de "politiquería", en el que algunos políticos buscan cómo posicionarse para cuando el gobierno actual termine. La percepción general entre los bolivianos es de desaprobación, especialmente porque Arce llegó al poder con la promesa de gestionar bien la economía. "Arce era uno de los máximos representantes del éxito de la bonanza económica, entonces el hecho de que él hunda al país y que las cifras no hayan respaldado significa que su gobierno fracasó".
El aumento de precios de alimentos en Bolivia
La crisis económica en Bolivia ha impactado directamente en los precios de algunos alimentos. Por ejemplo, la carne ha sufrido un aumento significativo, afectando especialmente a los sectores populares, que ahora no pueden adquirirla con la misma facilidad que antes. Esto, también afecta su estado nutricional.
La situación es tan crítica que familias de cinco o más integrantes ahora necesitan más dinero para comprar lo mismo que compraban hace medio año. "Hay una frase que es como con la que más me encuentro por las calles, que es que ahora 100 bolivianos, es como 10 boliviano, porque ya no alcanza para nada", señala Chambi.
Es por ello que la periodista considera que debido a la acumulación de problemas económicos, el nuevo gobierno heredará una situación difícil de resolver rápidamente. En ese sentido, cada candidato, haciendo un poco de demagogia y conscientes de las principales preocupación de los bolivianos, han presentado sus propias propuestas como soluciones a la crisis.
Por otra parte, Álvaro Montoya considera que no será fácil lograr una gobernabilidad estable, ya que en la Asamblea Legislativa no hay una mayoría absoluta que permita un gobierno fluido. La falta de consenso obligará a un intenso debate para encontrar soluciones. "Entonces, esperemos que la capacidad de diálogo funcione y puedan lograr una salida, pero la verdad es que lo veo difícil", finalizó.