El preocupante crecimiento de la emigración israelí
La Oficina Central de Estadística (OCE) israelí publicó su informe anual pocos días antes del año nuevo judío, Rosh Hashaná, que comienza el próximo lunes, en el que señala que más israelíes abandonaron el país durante el último año de los que llegaron.
El saldo migratorio negativo no es nuevo en Israel, empezó a incrementarse en 2022, con unos 55.300 israelíes que partieron, lo cual fue un récord, que, sin embargo, se superó en 2023 y 2024. Este año pasado según la OCE son unos 79.000 los que lo hicieron, mientras que llegaron cerca de 25.000 nuevos inmigrantes.
La OCE indicó que otras 5.000 personas ingresaron mediante reunificación familiar y unos 21.000 israelíes regresaron tras un tiempo en el extranjero. Las cifras muestran que las salidas superaron significativamente a las llegadas, continuando una tendencia que ha suscitado preocupación entre los responsables políticos y los demógrafos.
En 2022 el aumento de la salida de nacionales se atribuye principalmente a la inestabilidad política, con cinco elecciones generales en cuatro años, que se encadenó con la deriva que tomó el país con la victoria de Benjamin Netanyahu y la modificación constitucional que su Gobierno comenzó a implementar en 2023, y sigue haciéndolo, a la que llama “reforma judicial”, que procura restarle prerrogativas al poder judicial y concentrar la autoridad en el ejecutivo. Cientos de miles de israelíes se manifestaron durante un año completo contra esto, otros optaron por irse. Y entonces, llegó el 7 de octubre y los dos años de guerra contra Hamás en Gaza.
“Elegimos Chipre porque está cerca de Israel, para poder aún visitar a familia y amigos, pero hacer la vida en otro lugar, sentimos que la situación política y social en nuestro país nos expulsaba, y a finales de 2022 nos fuimos”, contó a este diario Aya Shnider, quien se fue con su marido y tres hijos a la isla cercana. En Chipre hay una comunidad de israelíes creciente, muchos de ellos supervivientes del ataque de Hamás en el sur de Israel.
Ronen G. se fue con su familia a Estados Unidos el 10 de octubre de 2023 para no volver. “El ataque materializó todos mis miedos”, explicó. “Mi mayor pesadilla era la infiltración de terroristas con la que crecieron mis padres en Israel y en cuyas historias nos educaron. Y eso fue justo lo que pasó el 7 de octubre.”
La diáspora israelí alimenta a la diáspora judía
El Instituto de la Democracia de Israel señaló en un estudio reciente que un porcentaje desproporcionadamente alto de quienes abandonan el país poseen títulos universitarios y trabajan en profesiones muy demandadas, lo que pone de relieve la preocupación nacional constante de una verdadera y masiva “fuga de cerebros”.
Y si bien el principal destino sigue siendo Estados Unidos, muchas comunidades judías europeas también han experimentado un importante impulso demográfico, según el informe. Algunas, que habían estado menguando durante décadas debido al envejecimiento de la población y a la baja tasa de natalidad, están volviendo a crecer gracias a los israelíes que se van de Israel.
El Instituto para la Investigación de Políticas Judías desveló que alrededor de 630.000 judíos nacidos en Israel o que habían vivido en el país durante un tiempo considerable residen ahora en otras partes del mundo. También hay unas 330.000 personas nacidas en el extranjero de uno o ambos padres con nacionalidad israelí, a quienes el informe describe como "conectados con Israel".
“Podemos afirmar que, cultural y demográficamente, se está produciendo un verdadero punto de inflexión. Posiblemente el fin de una era”, declaró Daniel Staetsky, autor del informe. “Los fundadores del Estado de Israel nunca imaginaron que sería Israel quien revitalizaría las comunidades judías europeas, y no al revés”.
Un vistazo al país en cifras
La Oficina de estadísticas afirmó que hay 10,148 millones de habitantes en Israel. El año pasado superó los 10 millones. De ese total, aproximadamente 7,707 millones son judíos y otros grupos étnicos, lo que representa el 78,6 % de la población, y aproximadamente 2.104 millones son árabes, lo que representa el 21,4 %. Otros 260.900 residentes son extranjeros.
El año pasado, nacieron 181.614 bebés y murieron 51.888 personas. Desde el 7 de octubre de 2023 hasta finales de ese año, 1.267 civiles y soldados murieron en la guerra, lo que representa aproximadamente el 2,5 % del total de muertes. El cáncer se mantuvo como la principal causa de muerte con un 23,5 %, seguido de las enfermedades cardíacas con un 12,2 %.
Entre los judíos israelíes mayores de 20 años, la identidad laica sigue siendo la más común. Alrededor del 42,7 % de los judíos se describen como laicos, ligeramente por debajo del 43,5 % del año anterior. La proporción de quienes se identifican como “tradicionales, pero poco religiosos” aumentó del 18,9 % al 21,5 %. Quienes se identifican como “tradicionales y religiosos” disminuyó del 13 % al 12 %. Los judíos religiosos y ultraortodoxos representaron el 12 % y el 11,4 %, respectivamente.
El salario bruto mensual promedio en Israel alcanzó los 22.013 shékels (5624 euros), mientras que el salario neto promedio fue de 18.237 shékles (4659 euros). La tasa nacional de empleo se mantuvo por encima del 60 %, pero experimentó un ligero descenso con respecto al año anterior. El israelí promedio trabajaba 34,8 horas semanales.
Los datos de vivienda mostraron que el 62,7 % de los israelíes residen en apartamentos de su propiedad, y el 34,3 % de ellos está pagando hipotecas.
En cuanto a los indicadores de salud, el 20,5 % de los adultos mayores de 21 años declaró fumar de forma regular u ocasional. Alrededor del 54,4 % de los adultos tenía sobrepeso, obesidad u obesidad severa, mientras que solo el 33,7 % cumplía con las recomendaciones nacionales de ejercicio.
Alrededor del 27,4 %, o 1,7 millones de personas, afirmó tener dificultades para cubrir los gastos del hogar. Alrededor del 23,3 % declaró evitar la atención dental necesaria debido a dificultades económicas. Además, el 25,8 % afirmó sentirse estresado siempre o con frecuencia, y el 21,6 % afirmó sentirse solo al menos a veces. Casi una cuarta parte (el 22,1 %) declaró haber sufrido discriminación durante el último año.