Cuando un torero pisa el albero, sólo hay un toro, un capote, el miedo y la responsabilidad. Y eso no entiende de sexos, edades o nombres. Habitualmente, ese momento lo protagonizan hombres y son pocas las valientes que deciden adentrarse en los abismos inescrutables de un ruedo, con todo lo que ello conlleva. Esa imagen cambió por completo el pasado fin de semana en la en la plaza de toros de Salamanca . Léa Vicens, Raquel Martín y Olga Casado trenzaban el paseíllo en una inusual imagen. Cada una llevaba a sus espaldas sus carreras, sus esfuerzos, sus sueños, y su lucha en un mundo tan difícil, tan complicado, donde hay tan pocas plazas. Luchan con las mismas armas, con...
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