El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha cargado duramente contra el encuentro mantenido entre el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y el líder de Junts, Carles Puigdemont. A su juicio, «no se debía haber mantenido ningún tipo de consenso con alguien que lo que quiere es acabar con el conjunto de España , empezando por la igualdad dentro de los españoles». Page reprochó que una figura como Zapatero, que se reclama progresista, legitime a Puigdemont con una interlocución directa, «Alguien que se reclama progresista, que se reclama de la igualdad, no puede estar al mismo tiempo pactando con una persona que está en la extrema derecha independentista». Para el dirigente castellano-manchego, este tipo de contactos transmiten un mensaje contradictorio y dañan la cohesión del país. En relación con la estabilidad del Gobierno central, García-Page insistió en que la legislatura «no puede fiarse lo más mínimo» a los socios independentistas. En este sentido recordó que ya avisó de que lo que buscan estos partidos es «romper el Gobierno y romper España», y que cualquier negociación con ellos se traduce en concesiones que deterioran la política nacional. El presidente autonómico apuntó que Pedro Sánchez, al anunciar que seguirá gobernando con o sin Presupuestos, ha eliminado el principal incentivo para que los partidos que apoyaron la investidura respalden las cuentas. «En la medida en que ese incentivo desaparece, sobre todo los independentistas lo único que buscan es hacer caja , de una manera o de otra. El país está agotado de aguantar a tanta gente que nos desea lo peor », recalcó. Page también se refirió a la propuesta de transferir competencias en inmigración a Cataluña, una iniciativa que rechazó de plano. «Coincido con Podemos en que esto es absolutamente inmoral . No hay nada que justifique que un Estado erosione su propia soberanía territorial afectando a las demás comunidades autónomas», afirmó. El dirigente socialista fue más allá y acusó al independentismo de querer aplicar criterios discriminatorios. «Lo que quieren realmente es establecer distinciones entre inmigrantes por lengua o por identidad. Eso es propio de un racista, de un xenófobo. Y sinceramente no encuentro argumento ni siquiera para aguantar en el Gobierno que justifique ese abuso». Por último, García-Page se pronunció sobre los fallos detectados en las pulseras telemáticas de control a maltratadores. Evitó entrar en una lógica de reproches políticos inmediatos y defendió que lo esencial es garantizar la seguridad de las víctimas. «Lo verdaderamente importante aquí son las víctimas, no es si cae o no un ministro , sea de ahora o sea el de antes. La única seguridad viene de que funcionen las cosas», explicó. El presidente de Castilla-La Mancha subrayó que la prioridad debe ser «verificar que el sistema es fiable» y, en caso de detectar errores, corregirlos con rapidez. «Es un tema demasiado delicado como para manosearlo desde un punto de vista político a las primeras de cambio», advirtió.
