Добавить новость
ru24.net
World News in Spanish
Октябрь
2025
1 2 3 4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31

‘Tron: Ares’: pixeles sin sentido

0
La primera vez que el cine utilizó pixeles fue, como es de suponer, para hacer animación. Igual, en aquel tiempo la historia original no tenía sentido desde el punto de vista narrativo. Pasaron los años y seguía sin tenerlo, pero luego de décadas, reboots y primicias la saga sigue evolucionando y uno no entiende a qué se debe. No hay forma de saber si es necesaria una anécdota para apuntalar esta premisa: los sistemas de tu computadora luchan como gladiadores. Porque sí. Y uno de estos gladiadores es Tron.La conclusión es tan simple como dolorosa: el truco está completamente agotado. Antes de que tratemos de encontrar con sospecha si hay algo que se refiera siempre a lo mismo, no hay ya imaginación: una suerte de letrero de luces de Led que dice Led. Y, en efecto, Tron: Ares puede presentarse a sí misma como una liturgia espectacular, pero lleva hacia esta idea: repetición. Nada más. Puede que se encuentre uno con el discurso sobre “la conexión humana” que suena tan sincero como ha sonado siempre; la realidad de que los autores de Disney dicen que debemos de ver Tron: Ares. es una explicación fácil que, en lugar de dar ritmo, produce lentitud.Ahora bien, en esta orgía de vacío, la banda sonora pide subir la tensión, de modo que en cada nueva secuencia vemos beats que parecen diseñados para una disco barata de lo que debía de ser un homenaje a Daft Punk. La música termina por ser de elevador. Y la música orquestal también. El espectador no entra, sino que más bien se desenreda en un cuarto saturado, lleno de humo artificial. Los actores, lo mismo. Jared Leto entra hecho un héroe gladiador y sale con sus monólogos dichos con la frialdad de un libro de autoayuda. Se vuelve holograma de sí mismo, repite sus tics como quien juega a hacerse el mesías de saldo. Greta Lee intenta aportar cierta humanidad, pero queda perdida en la neblina azulada de los efectos especiales mientras que el resto del elenco podría ser reemplazado por personajes programados que cargan el peso de la existencia humana.No encuentra uno el sentido de la vida dejando frases que no tienen peso: nada sorprende, nada incomoda, nada emociona. El espectador siente que ha visto esta película cinco veces y muchas más. Y es cierto. Hollywood lleva reciclando la misma iconografía desde hace cuarenta años. Lo único que ha cambiado es la resolución de la pantalla. El pixel. Porque el mito de Tron, que pudo ser un relato sobre la relación entre hombre y máquina, se ha convertido en merchandising luminoso.Tal vez lo peor del guion esté en que la película se toma muy en serio, pero termina dando sermones huecos, pronunciados por actores que no creen ni una sílaba. Si de verdad quisieran explorar estos temas, leerían a Philip K. Dick, a William Gibson, a Asimov. La elegancia de Tron es la de un filósofo que cree que se cita a Heidegger nomás porque pregunta en voz alta y ampulosa: ¿cuál es el sentido del ser? La respuesta no la sabremos nunca o tal vez la sabremos de modo parcial, pero no viendo estas películas que tal vez nos entusiasmaron hace treinta años, seguramente ahora no.AQ



Moscow.media
Частные объявления сегодня





Rss.plus
















Музыкальные новости




























Спорт в России и мире

Новости спорта


Новости тенниса