Capibaras ilegales recuperadas en Costa Rica: ¡así están ahora tras el rescate!
Los capibaras, víctimas del tráfico ilegal de fauna silvestre, decomisados en mayo pasado durante un operativo policial en Orotina han pasado varios meses ya en el Rescate Wildlife Rescue Center, en Alajuela
Las cuatro hembras, algunas apenas unas crías, han tenido desde entonces una recuperación notable, según confirmó este jueves Isabel Hagnauer, médica veterinaria del centro, quien explicó que los animales —cuatro en total— han ganado peso de manera constante y presentan un comportamiento estable tras varios meses de rehabilitación.
“Han tenido una evolución muy positiva, han ganado peso de forma gradual y actualmente se encuentran cerca de los 20 kilos. Aunque su aspecto físico es muy similar al que tenían al llegar, sí es claro que están creciendo. Continuamos monitoreando regularmente su estado corporal para ajustar la dieta y garantizar su bienestar”, detalló Hagnauer.
El decomiso, ocurrido en la ruta 34 (Costanera Sur), fue el primer caso documentado de tráfico ilegal de esta especie en Costa Rica.
En el vehículo inspeccionado por la Fuerza Pública se hallaron un macho, una hembra y tres crías de capibara, junto con 60 dosis de crack, marihuana, espuelas plásticas y dos armas blancas. Los ocupantes, con amplio historial delictivo, fueron detenidos.
Uno de los animales, un macho adulto, murió poco después del rescate a causa del maltrato sufrido durante el traslado y la desnutrición provocada por una dieta inapropiada.
Los capibaras, considerados el roedor más grande del mundo, son animales herbívoros, sociales y semiacuáticos que habitan en zonas pantanosas o a orillas de ríos. En su ambiente natural pueden superar el metro de longitud y alcanzar hasta 65 kilogramos de peso.
Hagnauer recordó que cada año miles de animales silvestres ingresan a los centros de rescate del país, víctimas del tráfico, los atropellos, las electrocuciones o la captura para tenencia ilegal.
Este es el catálogo de especies silvestres que se trafican ilegalmente desde y hacia Costa Rica
“Atendemos perezosos electrocutados, monos huérfanos, aves desnutridas por ser convertidas en mascotas, felinos atropellados o serpientes atacadas por miedo. Cada caso refleja no solo el sufrimiento individual, sino también la presión que ejercemos sobre los ecosistemas”, lamentó la especialista.
La veterinaria subrayó que el proceso de rehabilitación de fauna silvestre es complejo y requiere personal especializado, alimentación controlada, cuidados etológicos para evitar la impronta humana y recintos que simulen el hábitat natural.
Algunos animales logran regresar al bosque, mientras que otros permanecen bajo cuidado permanente en los santuarios, donde se convierten en embajadores de su especie y ayudan a educar a miles de visitantes sobre la conservación de la vida silvestre, explicó.
