La capacidad de volver a generar dientes perdidos , junto con el hueso que los sostiene, ha sido durante décadas uno de los grandes desafíos de la odontología moderna. Desde que existen registros clínicos, los seres humanos han intentado encontrar una forma de recuperar de manera natural lo que el tiempo, las enfermedades o los accidentes se han llevado . Hasta ahora, la única vía posible pasaba por prótesis o implantes dentales , soluciones artificiales que, aunque efectivas, no logran replicar ni la sensibilidad ni la complejidad de un diente . Esa distancia entre lo funcional y lo biológico ha impulsado una intensa carrera científica por descifrar los mecanismos naturales de la formación dental. En ese contexto, un grupo de investigadores del Instituto de Ciencias de Tokio ha dado un paso que podría cambiar por completo la forma en que entendemos la odontología regenerativa . Su estudio, publicado recientemente en la prestigiosa revista Nature, revela la existencia de dos linajes distintos de células madre responsables de la formación de las raíces dentales y del hueso alveolar , es decir, la estructura ósea que ancla los dientes en la mandíbula. El hallazgo, logrado gracias al uso de ratones modificados genéticamente y avanzadas técnicas de rastreo celular, abre la puerta a terapias que, en el futuro, podrían permitir regenerar piezas dentales perdidas de manera natural . La investigación, dirigida por el profesor adjunto Mizuki Nagata, del Departamento de Periodontología de la Escuela de Posgrado de Ciencias Médicas y Dentales del Instituto de Ciencias de Tokio, y la doctora Wanida Ono, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en Houston (UTHealth), contó además con la colaboración de expertos de la Universidad de Michigan y otras instituciones internacionales. Su trabajo conjunto se centró en entender cómo las células madre dentales reciben instrucciones moleculares para transformarse en los distintos tipos de tejidos que componen un diente y su soporte óseo . La formación de dientes y huesos es un proceso biológico de una precisión fascinante . Intervienen múltiples tejidos que deben coordinarse milimétricamente: el órgano del esmalte, la pulpa dental y las células del maxilar, entre otros. Cada uno se comunica con los demás mediante complejas redes de señalización que actúan como un lenguaje bioquímico , regulando el desarrollo de la corona, la raíz y el hueso alveolar. Sin embargo, a pesar de los avances científicos de las últimas décadas, muchos aspectos de esta comunicación celular siguen siendo un misterio. Para desentrañar parte de ese enigma, el equipo de investigadores utilizó ratones modificados genéticamente que permitían rastrear el comportamiento de las células en la región apical de las raíces dentales. A través de técnicas de microscopia avanzada, marcadores fluorescentes y silenciamiento génico , los investigadores pudieron observar con detalle cómo actuaban las proteínas de señalización sobre el destino celular en las distintas fases del desarrollo dental. Gracias esta investigación, los expertos descubrieron que existen al menos dos grupos de células madre mesenquimales con funciones diferentes, pero complementarias , en la construcción del diente y su entorno. El primer linaje identificado procede de la papila apical , una estructura de tejido blando situada en la punta de la raíz en crecimiento. Estas células expresan una proteína llamada CXCL12 , conocida por su papel en la formación ósea dentro de la médula . Los investigadores comprobaron que, gracias a la activación de una vía de señalización denominada Wnt canónica, las células con CXCL12 pueden transformarse no solo en odontoblastos , encargados de generar la dentina del diente , sino también en cementoblastos , responsables de formar el cemento radicular , e incluso en osteoblastos , las células que construyen el hueso alveolar . El segundo linaje, por su parte, se localiza en el folículo dental , una especie de saco que envuelve el diente en desarrollo. Allí, un grupo de células, que expresan la proteína PTHrP , mostró una capacidad notable para diferenciarse en distintos tipos celulares: cementoblastos, fibroblastos del ligamento periodontal y osteoblastos . Sin embargo, este proceso no ocurre de manera automática . Según explicó el profesor Nagata, es necesario que una ruta molecular concreta, la denominada Hedgehog-Foxf , se vea suprimida para que estas células adopten la identidad de osteoblastos. «Observamos que la vía Hedgehog-Foxf debe silenciarse para que las células que expresan PTHrP puedan formar hueso alveolar», señaló el investigador. «Este hallazgo revela un mecanismo específico para cada diente, lo que demuestra que la regeneración ósea dental requiere una regulación muy precisa de las señales moleculares». El descubrimiento de estos dos linajes celulares ofrece un m apa detallado de cómo se construye la arquitectura dental desde sus cimientos biológicos. Con esta información, los científicos podrían diseñar estrategias para activar o dirigir estas mismas vías de señalización en tejidos humanos, permitiendo la regeneración de raíces o huesos dañados sin necesidad de materiales artificiales . Aunque todavía queda camino por recorrer antes de trasladar estos avances al ámbito clínico, los resultados suponen un punto de inflexión en la comprensión de la biología dental . La posibilidad de regenerar dientes de forma natural, guiando a las células madre hacia su destino adecuado, podría transformar la práctica odontológica tal y como la conocemos . Si algún día estos mecanismos se logran reproducir en humanos, los implantes y las prótesis podrían quedar relegados a un segundo plano , dando paso a una odontología basada en la biología regenerativa . Un futuro en el que perder un diente dejaría de ser una pérdida definitiva y en el que la naturaleza, asistida por la ciencia, volvería a hacer su trabajo.